El crecimiento demográfico, la expansión económica y su impacto en el medio ambiente generan la necesidad de desarrollar un plan de ordenamiento que la haga sustentable a futuro.
por Alejandro Aníbal García (*)
La inclusión de Mar del Plata como la primera ciudad de referencia argentina dentro de la plataforma Iniciativa Ciudades Emergentes y Sostenibles del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) evidencia la potencialidad de la región. No solo como destino turístico, sino que como una ciudad productiva integral.
Tan solo 138 años transcurrieron desde la fundación de Mar del Plata, el 10 de Febrero de 1874, a la actualidad. A poco más de un siglo, la localidad no ha parado de crecer. De sus cerca de 8.175 habitantes contabilizados en 1895 a los más de 620.000 que se estiman hoy en día. Es decir que desde 1895 la ciudad multiplicó su población original 76 veces. Una característica de la misma es su fuerte composición de inmigrantes externos e internos (de otras localidades argentinas). No sería extraño prever que, antes del 2050, Mar del Plata supere el millón de habitantes.
Dicho crecimiento vino acompañado de un impulso de distintas actividades económicas que abarcaron desde la actividad turística, la agropecuaria, la pesca, la construcción, la industria textil, naval, alimenticia y química, el comercio, entre otras ramas. Del mismo modo de la infraestructura de servicios urbanos y de vivienda necesarias para la pujante población.
El mundo que se viene
El crecimiento demográfico en las ciudades trae consigo una serie de nuevos inconvenientes a resolver. Los mismos incluyen desde la necesidad de más espacios para viviendas e industrias, como también nuevas políticas para reordenar el transito, regular la emisión de residuos y contaminantes; además de proveer de más energía, alimentos y servicios a las nuevas generaciones, entre otras variables. En 2050 se estima que el 75% de la población mundial vivirá en ciudades de más de 10 millones de habitantes.
En líneas generales, son cinco los ejes en que las ciudades del mundo focalizan sus estrategias de desarrollo: la consolidación de su estructura económica para brindar trabajo a su población, la concreción de infraestructura urbana y de viviendas ecológicamente sustentables, el aumento de la calidad de vida, la integración social y cultural y la mejora de gestión de las estructuras de gobierno locales.
En 1800 la población mundial se estimaba en 1.000 millones de habitantes, 2.000 millones en 1925, 4.000 millones en 1974 y 6.000 millones en 1999. Hoy en día superamos los 7.000 millones. La ONU estima que la población mundial llegará a 9.100 millones para 2050, un 35% más de los que actualmente somos. En América Latina existen cerca de 140 ciudades como Mar del Plata, con poblaciones de entre 100.000 y 2 millones de personas, y un ritmo de crecimiento superior al de las grandes urbes.
El crecimiento de los países pobres y en vías de desarrollo será mayor que el de los países desarrollados que concentran solo el 19% de la población mundial. En 2050, India tendría cerca de 1.593 millones de habitantes y China alrededor de 1.425 millones de ciudadanos.
Para el año 2030 China e India se convertirán en las principales economías del mundo. Estados Unidos ocupará el tercer puesto y nuestro vecino, Brasil, el cuarto. La crisis energética es una realidad vigente. Si sólo mantuviéramos el consumo actual, las grandes reservas actuales de petróleo, gas y carbón se agotarían en las próximas décadas. De ahí la necesidad de encontrar nuevas formas de producción energética como los parques de molinos de generación eólica, entre otras.
En el año 2050 será necesario producir un 70% más de alimentos para los 2.100 millones de personas adicionales. La FAO estima que van a ser vitales los productos pesqueros para poder alimentar de manera saludable a la población mundial. Los recursos de agua dulce son suficientes, pero están distribuidos de manera desigual. Más producción, significa más residuos que deberán ser tratados a fin de evitar altos índices de contaminación ambiental.
Iniciativa Ciudades Emergentes
La plataforma Iniciativa Ciudades Emergentes y Sostenibles del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) trabaja en la identificación de problemas críticos de las localidades relativos al medio ambiente y el cambio climático, el desarrollo urbano y la sostenibilidad fiscal. En la etapa de prueba, se implementó en las ciudades de Montevideo (Uruguay), Puerto España (Trinidad y Tobago), Santa Ana (El Salvador), Trujillo (Perú) y Goiania (Brasil).
¿En qué consiste la ayuda? El Banco se compromete a remitir un equipo de expertos para hacer un diagnóstico y luego, junto a las autoridades municipales, desarrollar un plan de acción para resolverlos. Del mismo modo, colabora en la obtención de financiamiento de fuentes nacionales e internacionales para la concreción de los mismos.
El BID ya ha colaborado de manera indirecta con otros proyectos estratégicos locales. El Consorcio Portuario Regional a través de la Dirección Nacional de Preinversión y, de un programa de financiamiento del BID, ha diseñado los pliegos ejecutivos para distintas obras de expansión del puerto de Mar del Plata. Estas incluyen la futura ampliación de la Terminal N°3 incorporando cerca de 21.000 m2 para ampliar la terminal de contenedores; como así también la construcción de los espigones 8 y 9 que permitirán casi duplicar la capacidad de amarre actual, con 1.488 metros de frente de amarre adicionales. Por otro lado, especialistas ya se encuentran trabajando en plan maestro que permitirá proyectar el desarrollo del puerto por los próximos 25 años.
En términos prácticos, la experiencia de Montevideo contó con un equipo de 40 profesionales del BID y de la Municipalidad. En los primeros meses se realizó una etapa de investigación para la selección de 136 indicadores representativos de áreas como: agua y saneamiento, residuos sólidos, energía, transporte, mitigación y adaptación al cambio climático, vulnerabilidad ante desastres naturales, calidad del aire y ruido, educación, salud, competitividad y empleo, conectividad, uso del suelo y la vivienda, inequidad urbana y pobreza, seguridad ciudadana, gobernabilidad y sostenibilidad fiscal.
Luego de contar con el diagnóstico se definieron una serie de soluciones técnicas, que en algunos casos se insertaron en el marco de planes que ya estaban en desarrollo en Montevideo. Por ejemplo, en el caso de la gestión de residuos sólidos, los planes de acción propuestos se centraron en: la ampliación del sistema de recolección por contenerización, la limpieza de basurales, la incorporación de puntos de entrega voluntarios, la mejora de las plantas de tratamiento y de disposición final de residuos, además de incrementar la participación ciudadana. En 2015 se pretende que la separación de origen llegue al 50% de los hogares, que se reduzcan los basurales en un 80% y que el 100% de la ciudad, con una densidad de población mayor a 30 habitantes por hectárea, esté contenerizada, entre otras metas.
Este tipo de iniciativas provenientes del exterior demuestra que el potencial de desarrollo de la ciudad como motor del crecimiento del país y la provincia, es una realidad que empieza a trascender los límites geográficos de Mar del Plata.
(*): Lic. en Economía.
Fuente: diario la capital
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