30 de octubre de 2020 – 23:10
Vanessa Bell debe juntar 250 mil dólares para comprar y restaurar el Parador Ariston, que se encuentra abandonado. La impulsora del proyecto vivió en Londres y se mudó a Buenos Aires. Dice que le llama la atención que haya argentinos que se quieran ir del país. «Si sos de clase media, vivís mejor en Argentina que en Europa», asegura.

La historia tiene como protagonista a Vanessa Bell, una periodista inglesa especializada en arquitectura que reflotó un proyecto para salvar el edificio Ariston en Mar del Plata. Se trata de la única obra que el destacado arquitecto húngaro Marcel Breuer dejó en América Latina.
Vanessa impulsa una campaña para comprar y restaurar el Parador Ariston, que se encuentra abandonado y está valuado en 250 mil dólares. “Estoy retomando negociaciones con posibles inversores para salvar este edificio histórico. La semana que viene tengo que reunirme con el Comité de Patrimonio para aclarar una serie de cuestiones y ver qué partes del terreno quedaron protegidas. Vamos a ver si una reconstrucción completa sería posible”, dice.
Vanessa presentó el proyecto en Londres con el apoyo de la embajada argentina. Ahora busca reunir fondos para adquirir el Parador Ariston, considerado una de las joyas de la arquitectura moderna. “Convencí a los dueños para que me lo vendieran. La idea es viajar en diciembre a Mar del Plata para volver a negociar los términos de la adquisición y un nuevo acuerdo”, sostiene.
La iniciativa surgió cuando Vanessa fue hasta el Parador y observó el estado de abandono en que se encontraba el edificio, ubicado a la vera de la ruta 11, a unos 20 kilómetros al sur de Mar del Plata. «Cuando lo vi por primera vez, no podía creer en el estado que estaba», recuerda. El proyecto es ambicioso y busca que el Ariston recupere su imagen original.

“Amo Mar del Plata, pero tiene un potencial que no se explota -afirma Vanessa-. No comprendo por qué los argentinos no entienden que al restaurar un edificio histórico la zona levantaría y atraería a turistas de todo el país y del exterior. La ciudad debería poner el foco en el legado modernista que tiene y aprovechar el turismo arquitectónico”.
El parador fue construido hace 73 años a partir de un diseño que dejó Breuer. Está ubicado frente al mar, en el acceso al paraje Playa Serena. En una época funcionó una confitería. Hoy el edificio es testigo del abandono.
De Londres a Buenos Aires
Vanessa tiene 40 años y vivió en Londres hasta los 30. Se mudó hace 10 años a Buenos Aires, donde escribe artículos sobre arquitectura para medios especializados y además organiza tours con turistas extranjeros y argentinos por los barrios porteños.
Su madre es argentina y de chica solía traerla de vacaciones a Buenos Aires y Villa Gesell en la temporada de verano para escapar del frío y la lluvia de Londres. También estuvo varias veces en Mar del Plata. “Es una ciudad que me encanta, sobre todo fuera de temporada alta”, remarca.

“Es lindo vivir en Argentina”, cuenta. Y dice que le llama la atención que haya argentinos que se quieran ir del país: “Acá idealizan mucho la vida cotidiana en Europa. Si sos de clase media, vivís mejor acá que allá con menos”, asegura. “Para vivir bien en Europa tenés que ganar mucha plata y trabajar muchas horas. Si bien reconozco que no hay inflación como acá, tengo amigos en Londres que ganan bien pero no pueden ahorrar y la mitad del sueldo se les va en el alquiler, que son muy caros”.
Además, Vanessa afirma que “es más fácil” insertarse en el mundo laboral free lance en Argentina que en Europa. Y sorprende al valorar otro aspecto del que muchos argentinos se quejan: “Me siento más segura en Buenos Aires que en Londres, donde me pasaron cosas jodidas y me asaltaron. Es mentira que en Europa no hay inseguridad
Fuente: ahoramardelplata
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