El histórico edificio Jules Dormal no cuenta con un futuro cierto y los comerciantes padecen el impacto negativo que significó de la noche a la mañana sacar la Terminal de Ómnibus. Pulti no mencionó el tema durante su discurso de reasunción de la Intendencia.
Se cumplen dos años del traslado operativo de la Terminal de Ómnibus de Mar del Plata a la nueva estación de San Juan y Luro. Lo que significó un salto de calidad en la prestación de un servicio estratégico como es el transporte de larga distancia tuvo como contrapartida un impacto negativo en la actividad comercial de la zona de Alberti y Las Heras.
Tanto los permisionarios que tenían su local dentro de la vieja Terminal como los comerciantes que se encuentran en las inmediaciones sufrieron un duro revés a sus economías y muchos de ellos debieron cerrar sus puertas, con el agravante que trajo aparejado la pérdida de fuentes de empleo.
Las presiones empresarias y la falta de planificación por parte del municipio para encarar este proceso de relocalización de la terminal de micros, provocó pérdidas millonarias a la zona comercial Alberti.
Esa es una de las cuestiones que los comerciantes le reprochan al intendente Gustavo Pulti que no haya medido las consecuencias de tomar una decisión de la noche a la mañana sin tener algo en concreto. Mientras tanto, el proceso licitatorio sigue judicializado.
Incluso, provocó malestar que el jefe comunal no haya hecho mención durante su discurso de asunción de su segunda intendencia al situación existente con la vieja Terminal.
Días atrás, Horacio Novas, vecino y comerciante de la zona de la Vieja Terminal, lamentó que tras dos años del cierre operativo de ese predio no se haya podido concretar una inversión y por el contrario se encuentre en un estado de abandono absoluto.
Con cuarenta años en la zona, Novas recordó que en setiembre de 2004 se tomó el trabajo de efectuar un relevamiento entre los comerciantes de la zona para determinar lo que se quería hacer en el lugar y hubo coincidencia para que se respetara la ley saggese para que fuera de uso público, cultural y se lo reserva patrimonila y que antes de que se reubique la terminal estuviese establecido el proyecto para que una vez que se fuera se iniciara.
En declaraciones a Radio La Red (FM 91.3), Horacio Novas confesó que los comerciantes de la zona de la vieja terminal en ningún momento analizaron avanzar en algún tipo de demandas o juicios al municipio, pero respetan la decisión que adoptaron los permisionarios que tienen sus locales dentro del predio y que hoy mantiene paralizado el proceso licitatorio.
“A ellos de un día para el otro le sacaron la terminal cuando tenían todo preparado para la temporada, recordemos que el cierre se produjo el 13 de diciembre y lógicamente tienen su reclamo”, indicó.
El comerciante entendió que el municipio debió haber medido las consecuencias antes de adoptar una decisión que en este caso puntual involucró a cientos de familias, donde se perdieron más de 300 puestos de trabajo y cantidad de comercios que cerraron.
Tras reconocer que hace seis meses tuvieron una última comunicación con el municipio, en aquel entonces pidieron que se aceleren los tiempos de la justicia por la situación que afronta la zona, aunque aclaró que están ajenos al pleito.
A casi dos años del cierre de la vieja terminal, Novas consideró que “la cosas se hicieron de mala manera respondiendo a no sé que intereses, pero este es un daño que lo seguimos sufriendo, hay locales de toda la vida que están en alquiler porque no lo pueden sostener y en aquellos casos que no cerramos es porque nos ajustamos de todas formas y nos manejamos en familia, al personal que tomaba todos los veranos dejé de hacerlo, o sea, la actividad la pararon”.
Por último, consideró que así como hubo decisión política para construir una terminal de cruceros en seis meses o la remodelación de la Peatonal antes de la temporada, planteó que “también se necesita que se haga algo lindo, el edificio es hermoso y se sigue deteriorando”.
Por: Gonzalo Patrone
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