Sergio Villella estimó necesario extender la carrera universitaria que habilita a ejercer la profesión. Para no perder potenciales compradores, sugirió especializarse en algo y habló de la necesidad de adaptarse a los adelantos tecnológicos.
Sergio Villella, considerado el disertante más importante del país en materia de negocios inmobiliarios.
Alrededor de dos centenares de martilleros y corredores públicos del Departamento Judicial Mar del Plata escucharon el viernes pasado en la sede del colegio profesional que los agrupa una charla sobre marca, marketing y tecnología en el negocio inmobiliario, la cual estuvo a cargo de Sergio Villella, considerado la máxima figura de ese mercado en la Argentina y el disertante más importante del país (su empresa cuenta con 10 sucursales en Córdoba y otras 2 en Rosario).
En su exposición, abordó los temas marca inmobiliaria: la importancia de distinguirse en un mercado competitivo y comunicación inmobiliaria: innovación en la captación de clientes; la tecnología al servicio del corredor inmobiliario.
En diálogo con LA CAPITAL, al anticipar aspectos de su disertación, Villella explicó que «básicamente trato de contar las experiencias de mi empresa en esos rubros; a través de internet, hace unos 4 años que la tecnología, por medios digitales y redes sociales, viene influyendo mucho en el devenir del negocio inmobiliario; consideramos importante analizar cómo, a partir de la misma, se viene abordando la temática de la comunicación y del marketing. Hablamos también de los medios tradicionales como son los diarios, las radios, de nuestra experiencia en televisión, de cómo cambia el rol de los compradores a la hora de buscar una propiedad y de cómo los martilleros nos tenemos que adaptar ya que la tecnología nos está permitiendo cada vez más el contacto directo con los vendedores».
Posicionamiento
Al ser consultado sobre los beneficios de posicionar una marca, expresó que «como en cualquier profesión en la que se compite, uno debe intentar destacarse por algo; para distinguirse, pienso que las inmobiliarias tienen que ir a un proceso de especialización por zona geográfica y fundamentalmente por producto; creo que es necesaria una mezcla entre los medios tradicionales y los digitales para abordar el posicionamiento de marketing de una manera distinta; tenemos que ir hacia un formato de generación de comunidad entre los potenciales clientes; lo ideal es convertirse en referente a través de la generación de información inmobiliaria y de estudios de mercado».
Acerca del crecimiento que se advierte en el número de inmobiliarias (en el país hay más de 22 mil martilleros matriculados) sostuvo que «es porque a partir de 2002 la gente decidió volcar sus ahorros al negocio inmobiliario; a mi entender, se trata de una profesión a la que se accede después de una carrera relativamente corta; esto hace que tenga una barrera de entrada muy baja; hoy estamos luchando por una carrera universitaria de grado, que dure 5 ó 6 años; actualmente dura unos 2 años y medio lo que la convierte en un estudio terciario dibujado; en estas condiciones, creo que los que se reciben, como pasa en medicina con los residentes, deberían hacer una pasantía; esto permitiría mejorar la imagen de las inmobiliarias que, en mi criterio, no es buena», señaló.
Honorarios
Más tarde afirmó que «teniendo en cuenta los honorarios que se perciben, creo que a los negocios hay que empezar a generarles un valor agregado; el común de la gente piensa que el intermediario es alguien que sin mayor esfuerzo cobra una suma importante; es algo que hay que revertir tratando de que se entienda que hay un trabajo, un estudio, una capacitación, un riesgo y una infraestructura armada que permiten dar a las operaciones una mayor seguridad jurídica; es un trabajo que nos debemos y que, en mi opinión, no se va a encarar hasta que se entienda que la gente no tiene una buena imagen de las inmobiliarias»; posteriormente dijo que «si bien los usos y costumbres indican que la comisión es un 3%, los honorarios, en un marco de legalidad, suelen negociarse entre las partes».
En otro orden, sostuvo que «en Córdoba y Rosario las empresas constructoras empezaron a vender con esquemas comerciales propios, lo cual hizo que los martilleros quedaran afuera de negocios importantes; esto hizo que muchas firmas resolvieran ponerse a edificar pensando que, hacia adelante, el negocio va a estar dado en participar de este tipo de desarrollos»,
Finalmente advirtió que «el gran problema que tenemos es la cantidad de ilegales; hay muchas personas que a pesar de que no son profesionales y de que no cuentan con un local habilitado ni pagan impuestos, igual ejercen el corretaje y cobran una comisión»
fuente:diario la capital
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