A partir de las nuevas modalidades de trabajo que se generaron en pandemia, hay quienes aprovechan y eligen mudarse a la ciudad para «mejorar la calidad de vida»
La pandemia instaló nuevos hábitos y el formato de teletrabajo fue una de las modalidades que adquirieron distintas empresas para evitar la circulación de empleados en las oficinas. Al poder desempeñarse desde cualquier lugar con tan solo una computadora y una buena conexión a internet en la mayoría de los casos, hubo quienes vieron en el trabajo remoto una oportunidad para mudarse a Mar del Plata.
Maximiliano trabaja en el rubro de salud y hace un año y medio que puede cumplir sus funciones desde su casa. “Elegí Mar del Plata por la paz que representa en relación a Capital Federal”, dijo a Telediario. Decidió mudarse en noviembre y en diciembre, cuando se permitió el ingreso a Mar del Plata, lo concretó. “Conozco gente que ha tomado la iniciativa y otros que desean hacer lo mismo. El punto principal es una mejora en la calidad de vida”, destacó el joven y relató que en CABA alquilaba una propiedad, al igual que en Mar del Plata.
Leonardo siempre quiso vivir en Mar del Plata y encontró la oportunidad en octubre del año pasado, cuando en su trabajo (una agencia de marketing digital con sede en CABA) lo autorizaron a trabajar desde otra ciudad. “Se lo planteé a mi novia, que también le gusta mucho la ciudad, y nos vinimos los dos”, expresó a Ahora Mar del Plata. Su novia también podía trabajar a la distancia, con el compromiso de viajar, en lo posible por las medidas sanitarias, una vez por mes.
“En CABA alquilábamos y por supuesto que acá también. Al principio nos costó encontrar un lugar porque hay poca oferta. Primero buscábamos en zonas específicas, pero después nos pusimos el objetivo de que fuera un lugar a donde llegara el servicio de internet y un ambiente que nos permitiera armar un lugarcito para trabajar”, describió. Y comparó que a diferencia de Buenos Aires, “en Mar del Plata las distancias son cortas, entonces en definitiva tenés todo cerca”.
Ana trabaja en una institución financiera con sede en Mar del Plata y en Tandil, donde vivió hasta hace unos meses. “A raíz de la pandemia y con la posibilidad de hacer home office al ciento por ciento, decidí volver para estar cerca de mi familia y mis amigos”, relató. “Estaba sola en otra ciudad solo por trabajo y era el único motivo que me ataba. Con esta posibilidad y las herramientas que me brindó mi trabajo para poder hacer home office, me volví a Mar del Plata”, destacó.
El caso de Rosario es similar. Es de Mar del Plata y se había mudado a Buenos Aires donde trabajaba en una empresa de industria aeroespacial. “Por la pandemia se habilitó el trabajo de forma remota, las oficinas estaban cerradas. En Capital estaba sola, no tenía familia. Todos mis amigos ya se habían vuelto para Mar del Plata”, señaló.
“En mi trabajo confirmaron que podíamos trabajar de forma remota, así que me vine definitivamente a Mar del Plata. Lo decidí por una combinación de cosas: bajó un poco mi ritmo de vida en Capital Federal, creo que nos pasó a todos en general; extrañaba estar en una ciudad costera, donde podés ir a caminar a la costa para despejarte, y el hecho de estar más cerca de la familia y amigos, tenerlos al alcance durante la semana”.
Si bien la oferta de departamentos en alquiler es escasa, confesó que no le costó tanto hallar un lugar donde instalarse. «Fui buscando por Market Place y en Zona Prop. Me contacté con una inmobiliaria y enseguida pude ir a ver uno que estaban ofreciendo, así que fue bastante rápido», comentó.
Sin embargo, por las condiciones sanitarias y las restricciones, la joven siente que todavía no puede disfrutar del todo la experiencia. “Pero estar acá es muy importante y un gran paso”, dijo.
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