- Publicado el 1 de marzo de 2019
Edgardo Aguilar
SeguirDirector General en TINSA Argentina S.A.4 artículosRecomendar15

En el imperfecto mercado inmobiliario, hay tres variables que giran en torno a la venta: precio, regateo y tiempo de comercialización. Salvo algunos casos, como el replicado en esta nota, se observa que muchas publicaciones refieren al tema superficialmente y solo mencionan que los precios de los inmuebles no bajan a pesar de la actual parálisis del sector.
Estas tres variables están interrelacionadas de modo que eventuales modificaciones de una de ellas provoca cambios en las otras.
1. Precios de publicaciones. Aún con fuertes cimbronazos de la economía, el vendedor tiende naturalmente a sostener el valor de publicación presionando al corredor (que en muchos casos acepta solo para “colgar el cartel”), dado que previamente hizo su investigación y sacó su propia conclusión consultando la oferta publicada de otros vendedores que precisamente hicieron lo mismo que él (consultar publicaciones y mantener el valor a pesar de la parálisis). Por otra parte, ha disminuido significativamente la urgencia de venta exceptuando casos apremiantes. Tanto quienes pretenden acceder a la primera vivienda como los que quieren o necesitan “dar el salto”, dependen de asistencia crediticia y ven esfumar sus aspiraciones por las altas tasas bancarias y la trepada de UVAs respecto a sus salarios. Por otro lado, ante el temor de que la situación actual cambie drásticamente y malvenda su propiedad, con una suba de los valores luego de realizar la venta, el vendedor opta por la espera. Esto justifica gran parte de la situación.
2. Negociación. Pocos mencionan que los valores publicados se conservan en los anuncios, pero los márgenes de negociación se han incrementado. En un mercado opaco como el inmobiliario este dato no es accesible para el vendedor y especula en un “tire y afloje” según su propia necesidad y enamoramiento del potencial comprador con su inmueble
3. Tiempo de comercialización. Se observa en muchos portales que la fecha inicial de publicación excede los seis meses (fecha previa a la debacle) sin retasarse. Este dato es generalmente omitido por el vendedor, quien sólo ve el precio y lo enormemente superior que es su propiedad. El tiempo que tarda una propiedad en venderse desde su publicación guarda proporcionalidad directa con su precio, y no hay estadísticas sobre los tiempos medios de realización. Enunciar que los precios promedio se mantienen, sólo logra ralentizar aún más el mercado.
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