Fortalezas del sector, pese a la incertidumbre


Por Adriana Anzillotti | LA NACION

Twitter: @aanzillotti    |

 

Después del encuentro que organizó La Nacion hace unos días en La Rural con el Ciclo de Conferencias del Salón del Mercado Inmobiliario queda tiempo para plantear, en pocas palabras, una síntesis de los temas predominantes relacionados con el sector. Uno es que, más allá de las turbulencias del momento o de los obstáculos que frenan la actividad, la industria tiene la fortaleza suficiente como para capear el temporal y luego recuperarse. La experiencia en diversos tramos de la economía del país ha sido contundente: el ladrillo no se evapora ni se volatiliza; es un bien tangible, que resiste los cimbronazos y más aún se fortalece como ha sucedido después de la crisis 2001/2002.

El otro tema que se ha encarado en los diferentes paneles es la preocupación por la falta de financiación o de políticas que respalden decisiones para financiar créditos hipotecarios. Y quedó claro también que no parece nada sencillo implementar medidas para ofrecer préstamos para la vivienda cuando el escenario económico no sólo local, sino de la región o mismo el panorama internacional se muestra incierto. Para ofrecer créditos hipotecarios es necesario plantearlo en una economía estable, sin inflación y con perspectivas a largo plazo que pueda atraer inversores para que vuelquen sus capitales o que se cuente con fondos capaces de articular medidas adecuadas para que funcione sin fisuras.

Queda por delante apenas algo más de un mes para que finalice el año y es este período que está por comenzar el que refleja casi siempre una caída por cuestiones estacionales de la actividad inmobiliaria. Que ahora se suma a una serie de traspiés con las restricciones para la compra de dólares, que afectan a quienes tienen que realizar sus operaciones inmobiliarias. Todo se vuelve más complejo en el momento de realizar los trámites y en más de una ocasión no se ha podido concretar la transacción por la ausencia de dólares. De allí en más, las sucesivas postergaciones hasta finalmente realizar la operación se vuelven sumamente tediosas para todos los actores intervinientes.

Abundan interrogantes que no se despejan. Sólo sí se advierte que algunas medidas económicas -que de algún modo se habían anticipado- impactarán fuerte en el bolsillo de la gente, y es poco probable en estas circunstancias imaginar -al menos por ahora- un despegue auspicioso del año que vendrá

 

Fuente: lanacion.com

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