Revalorizar Mar del Plata


05.12.2010 | Luis Silva es ingeniero, y asegura que la revalorización de la ciudad debe ser un objetivo de todos. Y es verdad, ya que si lo logramos, todos obtendremos beneficios, no sólo el sector inmobiliario.

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En tiempos inflacionarios, en medio de una guerra de monedas que no hacen más que moverse según las necesidades de mercados que no manejamos desde aquí, en tiempos en que grandes bancos del mundo terminan cayendo y en el que las cajas de seguridad no son tan seguras como solían ser, ya no se sabe dónde invertir. Los mercados extranjeros dejaron de ser seguros como antaño, y en Argentina uno no siempre sabe qué puede pasar. Entonces, como pasó casi siempre, lo más seguro sigue siendo invertir en inmuebles.
“El mercado inmobiliario ha cambiado tanto en el país que hasta a Mar del Plata le resulta difícil atraer compradores, a pesar de ser rica en atributos y de estar fortalecida en los últimos tiempos por la concreción de importantes obras públicas y presentar un indudable mejoramiento en la calidad de la oferta inmobiliaria, en especial el orientado al segmento ABC1”, aseguró el ingeniero Luis Silva en el acto de presentación de la Cámara de Desarrolladores Inmobiliarios de nuestra ciudad.
Con él nos comunicamos para profundizar en el tema de la construcción en la ciudad y la función de la nueva organización que preside.

Noticias & Protagonistas: ¿Qué llevó a los constructores y otros actores del ramo a crear la Cámara de Desarrollo Inmobiliario que usted preside?
Ing. Luis Silva: Nuestra idea es reposicionar a Mar del Plata como plaza de inversión inmobiliaria. Toda la vida la gente ha querido un bien en nuestra ciudad para usar en verano o en invierno, que también es muy atractivo. La idea es volver a eso, porque vemos que la inversión se da en otros sectores, otras ciudades, y creemos que Mar del Plata es una buena plaza.

N&P: ¿Van a utilizar nuevas técnicas de promoción?
LS: Para hacerlo, y para que todos tengan interés en invertir, hay que hacer marketing y vender la ciudad mostrando muchas obras de mejoramiento: hay nuevos pavimentos, se trasladó la terminal, se solucionará a corto plazo el tema del emisario submarino, hay inversiones privadas en edificios de alta gama. En definitiva, se está construyendo y necesitamos vender al resto del país o incluso al exterior, nuestra ciudad. Y también atraer más inversiones inmobiliarias.

N&P: En Irlanda, como en España, California y Florida, lugares donde se había generado un boom de la construcción basado en los créditos, sufren por estos días un colapso económico. ¿Qué lecciones se pueden extraer de estos procesos para generar un  importante flujo de capitales, sin llegar a sufrir una crisis?
LS: En todos esos lugares hubo un fuerte apalancamiento del sector en base al crédito barato o a muy largo plazo. En Argentina esto no se da, porque no hubo créditos hipotecarios y los que hay son pocos y caros. En el país, detrás de la inversión hay personas que no quieren perder dinero. No se pueden dar en Argentina esas burbujas en la inversión inmobiliaria, porque todas ellas funcionaron primero con un banco apalancando dinero fácil, y segundo porque en esos lugares los valores subieron muchísimo, que tampoco es el caso de la Argentina, donde subieron por índice de construcción. Así que no creemos que se vaya al colapso de las empresas.

N&P: Se realizó una presentación en Capital Federal, en la que una organización que aglutina diferentes cámaras de constructores planteó nuevos créditos con fondos de la ANSES, a 30 años y dirigido a sectores de clase media con ingresos entre 4.000 y 12.000 pesos mensuales. ¿Cómo ve usted esta posibilidad?
LS: Nos parece bien, porque para que la construcción pueda sostenerse a través del tiempo, no se puede construir sólo para quienes tienen el dinero a disposición. La financiación es una herramienta adecuada para llegar a más niveles de acceso, despacio, que es muy distinto al apalancamiento o al otorgamiento de créditos muy baratos. Estos van a costar pagarlos, pero su propiedad se revaloriza y no se la va quedar ni el Banco ni la ANSES, ni con el tiempo va a valer la mitad. Pero otro nivel de gente accederá a su vivienda, y eso está bien.

N&P: Tenemos que darnos en la ciudad un debate sobre los criterios a adoptar en el tema de la construcción horizontal. Cuando uno viaja se deslumbra con las torres de 40 o 50 pisos en ciudades como New York. ¿Existe una interpretación errónea sobre lo que se puede o no hacer en el tema de la construcción de altura?
LS: Lo que ocurre es que la gente piensa que cuando uno va a construir en altura hace más pisos y entonces construye más. No es así; los metros son los mismos, pero uno los  puede distribuir en una o dos plantas ocupando todo el terreno, o lo puede hacer en dos, tres, cuatro plantas, o las que sea, pero siempre es lo mismo. La proporción va a ser más chica, pero en la cantidad de gente viviendo y las unidades, es la misma. Es una confusión de los que no están técnicamente en el tema.

N&P: Entonces hay que enseñarle a la gente a interpretarlo…
LS: Sí, pero hay que dar una discusión, porque el tema es fundamental, apuntando además a crear construcciones sustentables que no agreden al medio ambiente y no consumen mucha energía. Hay que cambiar la visión desde todos los puntos, desde el que construye, el tema de las cocheras, cómo sacar autos de la calle, para lo que es importante que tengan uno o dos sótanos, y todo eso lleva a una tener la visión de lugares de la ciudad donde construir, y otros que hay que mantener como zonas  residenciales, como están ahora. Es un debate largo pero hay que hacerlo, la ciudad debe crecer en forma sustentable y armónica, pero con una construcción que se mantenga en el tiempo.

N&P: En la ciudad los edificios en altura crecen como hongos, pero el tema de las cocheras sigue preocupando muchísimo…
LS: No es que se construya muchísimo, ni que se trate de un boom, porque son muchas construcciones, pero chiquitas, de 4 ó 5 pisos de altura; y no hay cocheras, porque al ser edificios chicos, no da la ecuación económica para hacer un sótano. Y hoy ya casi todos pueden tener un autito, cualquier matrimonio tiene uno. Por eso nos encontramos con este problema de tener más unidades habitacionales que cocheras

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