Hay que seguir al dólar – Mayo 2011


Autor: «soydeaqui»
Coincidiendo con lo expuesto por el Lic. Julio Valente con su último comentario en «Hay que seguir al dólar» les envío esta versión actualizada a Mayo de 2011.
Debido a la entrada masiva de dólares que hubo, producto de la «flexibilización cuantitativa» (qualitative easing QE1 y QE2) impulsadas por la Reserva Federal de los Estados Unidos (FED) que tuvo efecto derrame sobre las economías emergentes, periféricas y de frontera, junto a los ingresantes por exportaciones de automotores pero mayoritariamente de agro dólares (vía retenciones agropecuarias – soja en particular) (a la que le incluiría una demanda creciente de  biocombustibles), el Banco Central (BCRA) amplió su presupuesto para adquirirlos y no dejarlo caer para evitar la sobrevaluación del peso, lo que expandió la base monetaria.
Con ello homologó un proceso inflacionario en dólares más intenso al ocurrido en los años previos. El BCRA tampoco iba a dejar de hacerse de los dólares que ingresaron pues este año tiene que honrar deudas importantes como las de renta y amortización del Boden 2012 y de los cupones del PBI nominados en dicha divisa, ya que aún no están regularizadas las relaciones con los organismos internacionales de crédito lo que requiere previamente salir del default con el Club de París que a su vez demanda la intervención del FMI.
Ahora se está en presencia de una suerte de impasse que aleja al inversor en Real Estate ya que el atraso cambiario determinó que haya un dólar barato que tornó tentadora su adquisición, amén de garantizarle liquidez, en un período caracterizado como de volatilidad muy elevada. Esto aceleró la dolarización de portafolios la que siendo normal en los años en que hay elecciones, se anticipó alrededor de 3 meses.
La creciente fuga de divisas hace que se amplíe la brecha entre la cantidad de pesos y dólares en el sistema lo que al ser visualizado determina que sea más creíble el precio del dólar paralelo o blue, que el del administrado oficialmente.
Frenar importaciones es visto como una debilidad ya que pondría en evidencia que se estaría gestando – o en presencia de – un saldo negativo en la balanza comercial.
Dejar escapar al dólar hoy es impopular ya que con dólares en abundancia se ganan elecciones, pero si mermara su tenencia en forma sustancial y se disparara el tipo de cambio generando una corrida cambiaria, ocurriría lo contrario, lo que es indeseable para el oficialismo en el poder.
Un dólar barato resiente la competitividad de los productos transables elaborados localmente. Es por ello que ciertos sectores bajo las alas de la Unión Industrial  Argentina (UIA) reclaman actualizaciones en el tipo de cambio haciendo notar que la falta de competitividad es un motivo para frenar la demanda de mano de obra o, mucho más y peor que eso, para expulsarla lo que determinaría un piso a la desocupación que se podría elevar significativamente.
Así lo que se aprecia es que las necesidades políticas postergan medidas correctivas, muchas de ellas muy poco discutibles como la actual carrera de precios y salarios cuya experiencia histórica mostró cual fue la puerta de salida y el escenario resultante posterior.
Otra vulnerabilidad que presenta la coyuntura actual lo constituye el hecho de restringir el giro de utilidades de las empresas multinacionales a sus casas matrices ya que demostraría por un lado que habría problemas con el saldo de la balanza comercial al tiempo que pone al desnudo la poca vocación por la inversión productiva (no reinvirtiendo dividendos) debido tanto a la incertidumbre del momento político y económico actual (carencia de reglas de juego estables) como a los altos costos en dólares y al desconocimiento de lo que está por venir cuando haya nuevas autoridades en Diciembre del año en curso.
Por otro lado, el fomento del consumo en desmedro del ahorro y la inversión, contribuyó también a que se incrementen importaciones de todo tipo (las que se intenta restringir y que generan problemas con nuestro principal socio comercial Brasil, pero también con China, la Unión Europea y Estados Unidos) lo que implicó salida de dólares a los que se agrega la debida a tomas de ganancias aprovechando los diferenciales de tasas en dólares locales respecto a los internacionales.
Tampoco se advierten intenciones concretas en el corto plazo por sincerar los indicadores económicos, hecho que realimenta la «inflación de expectativa» e invita a subir coeficientes de seguridad – léanse mayores márgenes que los lógicos – en el comercio minorista y en todos los proyectos de inversión en los diferentes sectores de la economía real, incluyendo el de la construcción. Esto no ocurriría si efectivamente de dispusiera de información confiable: esta anomalía obviamente implica mayor inflación que la normal prevista, la que en encima es en dólares.
 Pero como se vio en «Hay que seguir al dólar»
se había sacado la conclusión que: «No sería de extrañar que en parte el futuro del mercado inmobiliario argentino, incluyendo en el mismo la totalidad de los sectores de actividad que lo conforman en su cadena de valor, quede condicionado por hechos que se produzcan fuera de nuestras fronteras», hecho que se estaría ratificando en la actualidad.
Así en un informe de Ámbito Financiero
 (Ref.: http://www.ambito.com/noticia.asp?id=583232  «La Fed consideró que la inflación en EEUU «es pasajera») se consigna textualmente: «los funcionarios de la Reserva Federal prefieren subir las tasas de interés antes que vender activos cuando llegue el momento de retirar el estímulo monetario por la recuperación de la economía, según las minutas de la reunión de abril.»
«Una mayoría de los participantes prefirió que las ventas de valores de agencias vengan después del primer incremento en la tasa de interés de corto plazo de referencia (de la Fed)». Y ya se sabe que cuando sube la tasa de referencia, hacen lo propio las tasas internas de retorno (TIR) de los Bonos del Tesoro de los Estados Unidos (T-bonds) y por arbitrajes con los emitidos por los de los bancos centrales de las economía periféricas, entre ellos nuestro BCRA, nuestros bonos nacionales performing deberían incrementar sus TIR en mayor proporción, lo que fijaría un piso superior a las tasas domésticas tanto activas como pasivas y con ello al costo del dinero, aparte de considerar la alternativa a devaluar con mayor velocidad a la que se prevería a mediano plazo.
Esto último de orden externo – fuera del dominio de nuestras autoridades – junto a la inflación en dólares son factores que continúan afectando al mercado inmobiliario argentino impidiendo su sinceramiento en el que, poniendo en la vidriera los precios actuales – considerados de ficción por muchos analistas serios – aleja a los sectores de ingresos medios de concretar el sueño del techo propio.
Les saludo muy respetuosamente,

sdaqui («soydeaqui» – soydeaqui01@gmail.com)

Fuente: Tecnico inmobilairio blog

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