Preparan una fiesta «como nunca» para los próximos carnavales
El primer fin de semana largo del año que viene -7 y 8 de marzo- será generado por los feriados de carnaval, recuperados recientemente. Fiestas en los barrios y festejo integrador en un lugar a designar, con la posible participación de grandes comparsas provenientes, entre otros lugares, de las provincias de Corrientes y Entre Ríos.
Después de 34 años vuelven los feriados del lunes y martes de carnaval, que el año que viene se celebrará el 7 y 8 de marzo, generándose así el primer fin de semana largo de 2011.
La iniciativa fue tomada meses atrás por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, integrando un nuevo esquema de feriados. El lunes y martes de carnaval habían sido suspendidos por la última dictadura militar en 1976.
A pesar de la falta de feriado, los festejos del «Dios Momo» se habían realizado cada año en todo el país con las particularidades regionales. En este marco, las festividades se concretaban los fines de semana de febrero y en algunas provincias en enero también. Según el calendario y la tradición, se fija el carnaval 40 días antes de Pascuas.
Recién hacia fines de los ’80, y fundamentalmente a mediados de los ’90, comenzaron a florecer las agrupaciones de carnaval.
El titular del Ente Municipal de Turismo (Emtur), Pablo Fernández, destacó la importancia que «tiene el ordenamiento de los feriados, en general, y en particular la recuperación de los feriados del carnaval».
En ese marco, subrayó «el impacto que significa como fin de semana largo, además de la recuperación de una fiesta que es parte de la cultura de los argentinos de la que participan todos, sin distinción de ningún tipo, ya que es una expresión absolutamente popular y espontánea».
Particularmente para Mar del Plata es «muy importante», de acuerdo a la definición del funcionario, debido a que «nos da la posibilidad de estirar la temporada» y rememoró que «en los antiguos carnavales, había un comportamiento turístico similar a un buen fin de semana de enero».
Así las cosas, en «La Feliz» se está pensando en «un festejo que esté a la altura de lo que la ciudad merece. Mar del Plata tendrá su gran fiesta y de la que participarán todos los sectores, barrios e instituciones que busquen expresarse, tal como sucedió históricamente con los carnavales», explicó Fernández.
De esta manera, el Emtur está trabajando «en la programación que se desarrollará en diversos barrios, con las organizaciones que ya venían haciéndolos, armando una gran fiesta que incluya a todos».
Desde las direcciones de Turismo de Nación y Provincia, a la vez, se gestiona la participación de las más grandes comparsas que son protagonistas en los festejos de Carnaval más imponentes del país, como los que se desarrollan en las provincias de Corrientes y Entre Ríos.
Murgas
En la ciudad existen unas quince murgas, diseminadas en distintos barrios, y todas están nucleadas en la asociación «Momo». El integrante de la misma, y de «Los Murguientos», Benjamin Gasé, se manifestó «feliz» por la reincorporación de los feriados de carnaval porque «nosotros venimos peleando desde siempre por esta bandera. Esta es una fiesta milenaria, universal, que adquiere en cada país características propias y que se va armando desde abajo, no es impuesta».
También destacó que el festejo es «artesanal y amateur» y recordó que «en épocas pasadas, hemos llegado a tener 25 corsos de distintos barrios marplatenses y aspiramos a recuperarlos», dijo el murguero.
«Nuestro objetivo -añadió- es que la gente se pueda encontrar, que disfruten y aporten al carnaval, que es una fiesta con nuestras raíces y nuestra realidad. No es algo importado, como Halloween».
Si bien el espectáculo de la murga tiene un patrón general, que consiste en integrar el baile con la palabra -a través de canciones y recitados-, parodiando la realidad, cada agrupación «es bien diferente, tanto desde lo estilístico como desde la organización. Incluso en algunos barrios funcionan como contención», aclaró Gasé.
Básicamente, cuentan con un mínimo de entre 15 y 20 integrantes, de edades variadas, aunque detrás de cada participante «está la familia, porque son los que ayudan, ya sea con el traje o con los traslados. Es una fiesta popular», definió.
En cuanto a las próximas celebraciones, resaltó que «por primera vez fuimos recibidos por el intendente (Gustavo) Pulti y a los festejos que se harán en cada barrio, queremos sumarle una celebración general en un lugar a determinar, pero como centro neurálgico nos parece importante la esquina de Luro e Yrigoyen».
Historia
Un carnaval es una celebración pública que tiene lugar inmediatamente antes de la cuaresma cristiana, con fecha variable (desde finales de enero hasta principios de marzo según el año) y que combina algunos elementos como disfraces, desfiles y fiestas en la calle. Por extensión se llaman así algunas fiestas similares en cualquier época del año. A pesar de las grandes diferencias que su celebración presenta en el mundo, su característica común es la de ser un período de permisividad y cierto descontrol.
El origen de su celebración parece probable de las fiestas paganas, como las que se realizaban en honor a Baco, el dios del vino, las saturnales y las lupercales romanas, o las que se realizaban en honor del buey Apis en Egipto. Según algunos historiadores, los orígenes de esta festividad se remontan a las antiguas Sumeria y Egipto, hace más de 5.000 años, con celebraciones muy parecidas en la época del Imperio Romano, desde donde se expandió la costumbre por Europa, siendo llevado a América por los navegantes españoles y portugueses a partir del siglo XV.
El carnaval está asociado principalmente con el catolicismo y la celebración más grande del mundo es la de Río de Janeiro. Muchos otros países tienen importantes fiestas, como la que se celebra en Italia, en el Carnaval de Venecia; en Colombia, con el Carnaval de Barranquilla; en España, con el Carnaval de Santa Cruz de Tenerife y el de Cádiz, los cuales son además los únicos carnavales españoles en tener la categoría de Fiesta de Interés Turístico Internacional.
Los etnólogos encuentran en el carnaval elementos supervivientes de antiguas fiestas y culturas, como la fiesta de invierno (Saturnalia), las celebraciones dionisíacas griegas y romanas (Bacanales), las fiestas andinas prehispánicas y las culturas afroamericanas. Algunos autores consideran que para la sociedad rural, fuertemente estructurada por el cristianismo, el tiempo de «carnestolendas» ofrecía mascaradas rituales de raíz pagana y un lapso de permisividad que se oponía a la represión de la sexualidad y a la severa formalidad litúrgica de la Cuaresma.
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