La compraventa no repunta y resurge la pregunta: ¿de qué viven las inmobiliarias?


14-02-2014 Pasaron ya más de dos años desde que el cepo cambiario hiciera «trastabillar» la operatoria de este sector. Las agencias de venta de propiedades, muchas de ellas empresas familiares, tuvieron que replantear su negocio para poder subsistir. La realidad actual de un rubro que no logra recuperarse
Última actualización: 14/02/2014 3:02:00 pm
Tras las sucesivas complicaciones comerciales derivadas de la implementación del «cepo» cambiario, que impactaron en el mercado de compraventa de propiedades, muchos titulares de inmobiliarias se vieron obligados a poner en marcha distintas estrategias para poder «sortear» un escenario complejo y poco favorable para el sector.
El desplome en el volumen de negociosregistrado en 2012 se extendió a lo largo del año pasado. Y esto se tradujo no sólo en el descenso en el nivel de operaciones sino que también se evidenció en la gran cantidad de locales en alquiler.

En este escenario, muchos titulares de inmobiliarias y agentes de venta decidieron aplicar cambios en su forma de operar, achicar costos, personal y estructura, para así reducir el nivel de pérdidas.

De hecho, desde el Colegio de Corredores de Buenos Aires (CUCICBA) comentaron aiProfesional sobre la creación de un «fondo común» de inmuebles con el objeto de no perder ventas y de garantizar algún tipo de ingreso adicional al que pudiera lograr cada firma con su fuerza comercial.

«La red está en funcionamiento desde hace pocas semanas. Se volcaron alrededor de 21.000propiedades a disposición de 1.900 colegiados de Capital Federal. Ahora estamos evaluando hacer una unión de colegios con nuestros colegas del interior del país. La idea es mejorar los mecanismos de compra», comentó a este medio Martín Boquete, vicepresidente de CUCICBA.

«A través de esta red, las inmobiliarias pueden ofrecer no sólo sus inmuebles sino también las de sus otros colegas que conforman el resto de la base. En caso de concretarse una operación vinculada con una propiedad de otra firma, el agente de venta cobra el 50% del monto comisionable correspondiente a la transacción», agregó.

Boquete sostuvo que el «fondo común» intenta ser una respuesta «al difícil momento que atraviesa la actividad. Una alternativa para no perder ventas de usados».

En tanto, el directivo sostuvo que ante la caída en las operaciones «varias comercializadoras hanoptado por focalizarse en otras unidades de negocios, como la administración de alquileres, si bien esto genera una menor rentabilidad».

«Otro camino en el que están avanzando las inmobiliarias es el de direccionar sus recursos con más énfasis a la venta de proyectos nuevos o en boca de pozo. En particular, los que se ofrecen en pesos y cuotas fijas. En ese caso, la actividad no decayó tanto como en la compraventa de usados», añadió.

Asimismo, varias fuentes del sector indicaron que abundan los casos de agencias que -dada la escasa salida que están mostrando algunos productos- dejaron en un segundo plano la comercialización de departamentos usados y prefirieron apuntar a otros nichos.

«Si uno mira las ofertas de varias inmobiliarias notará que ahora se dirigen más a losfideicomisos de viviendas y al segmento de oficinas, no tanto a las unidades usadas ni a locales comerciales«, señaló a este medio un referente del sector.

Plan achique 
José Rozados, CEO de Reporte Inmobiliario, coincidió con Boquete en identificar a laadministración de los alquileres y consorcios como un «salvavidas» que ayuda a mantener «las persianas arriba» de una gran cantidad de firmas.

«Muchos que habían abandonado la administración volvieron a incluir a los alquileres como negocio. Ahora, las inmobiliarias incluso apuntan a captar más espacios de renta. Esto, junto al achique de costos, es lo que está permitiendo que sigan a flote«, aseguró el experto aiProfesional.

En igual sentido, Diego Migliorisi, socio gerente de Migliorisi Propiedades, señaló que «laadministración de alquileres y consorcios le permite a muchas agencias cubrir, por lo menos, los gastos mensuales».

«Las elecciones legislativas de octubre pasado fueron un ingrediente extra que complicó más la situación a lo largo de 2013, ya que buena parte de los particulares postergó decisiones de compra. El inconveniente es que muchas firmas no tuvieron el respaldo suficiente para aguantar un año tan complicado», expresó a este medio.

Al respecto, distintas fuentes del sector indicaron que la caída en el nivel de operaciones no sólo afectó a los comercializadores más pequeños sino que obligó a los más grandes a replantear sus formatos y estructuras.

«Inmobiliarias como D’Odorico, Bullrich, o LJ Ramos, por mencionar algunas, tuvieron que cerrar algunas de sus sucursales más allá de cancelar cualquier plan de ampliación que tenían proyectado», sostuvo un comercializador en estricto off the record.

Otros nichos
Junto con la administración de alquileres, directivos de inmobiliarias destacaron el mayor protagonismo de la comercialización de los fideicomisos en pesos en boca de pozo, en detrimento de los departamentos usados.

«La venta de proyectos desde obra o de inmuebles a estrenar no sufrió un parate tan fuerte. Como el desarrollador y los vendedores de materiales de construcción operan totalmente en pesos, entonces las operaciones se concretan sin tantas complicaciones«, afirmó Boquete.

En tanto Rozados también mencionó como otra alternativa que «floreció» durante 2013 a la«venta de terrenos en moneda local».

«El año pasado la comercialización de lotes en barrios privados tuvo una salida bastante exitosa. Hubo mucha demanda y se vendieron muy bien, porque se los ofreció a cuotas accesibles y en pesos«, dijo el directivo.

Otro canal de venta
Además del cambio en el «mix de productos» que se ofrecen, los empresarios del sector también apuestan por nuevas estrategias de comercialización.

«Se cambiaron los mecanismos de comunicación para achicar los costos. Bajó la cantidad de avisos que uno puede observar en los medios gráficos con tirada masiva. Las inmobiliarias prefieren los portales o apelan al envío de emails personalizados», detalló Boquete.

«También es muy común que los comercializadores organicen reuniones con clientes para adelantarles el lanzamiento de algún nuevo emprendimiento. Al parecer, este tipo de publicidad y de comunicación directa está rindiendo mejores resultados que el aviso tradicional en diarios», añadió.

En este sentido, un importante referente del sector indicó que «la oferta en clasificados demedios gráficos masivos cayó hasta un 40%. Gastás mucho en publicaciones y luego no te llaman. Entonces se opta por otros canales».

Aun con el cambio de estrategia, lo cierto es que el nivel de operaciones está lejos de mostrar una recuperación significativa.

Durante 2013, el más reciente dato disponible, las escrituras en Capital cayeron casi 23%, según informó el Colegio de Escribanos. Al menos hasta la fecha, nada indica que esta baja pueda compensarse en 2014.

Las inmobiliarias lo saben y ya pusieron manos a la obra para hacer una reingeniería de su negocio.

Ventas de inmuebles: el peor índice de los últimos 35 años


16-06-2014 Un informe de la Cámara Inmobiliaria Argentina difundido la semana pasada indica que los valores de los inmuebles cayeron el último año apenas el 1,5%

Recesiones, devaluaciones, hiperinflaciones, Plan Bonex, colapso económico y social e incluso una guerra. Para el sector inmobiliario, nada fue tan letal como el cepo cambiario.

En el primer cuatrimestre del año, destaca Clarín, en Capital se escrituraron 8.930 propiedades, el nivel más bajo de los últimos 35 años, según indica un informe elaborado por la consultora Reporte Inmobiliario.

El mismo derrumbe se observa en la provincia de Buenos Aires, distrito en el cual se concretaron apenas 17.084 escrituras entre enero y marzo de 2014, que contrastan con las 30.209 realizadas en el mismo lapso de 2011, es decir, meses antes de que el Gobierno restringiera la operatoria con dólares.

El derrumbe en las ventas, contra lo que pueda suponerse, no produjo una baja en los precios, coinciden en el mercado. De hecho, un informe de la CIA (Cámara Inmobiliaria Argentina) difundido la semana pasada indica que los valores de los inmuebles (al menos los que pretenden obtener los propietarios) cayeron el último año apenas el 1,5%.

«Lo que sí ocurre», aclara Roberto Arévalo, presidente de la CIA, «es que aumentó el margen de negociación entre vendedores y compradores al momento de cerrar una operación».

«La relación entre el precio ofertado y el de venta oscila entre el 10 y el 15%, el doble de lo que sucedía antes del cepo cambiario», explicó.

La restricción de operar con moneda extranjera, a partir de noviembre de 2011, provocó el desplome de un mercado tradicionalmente dolarizado. Arévalo culpa de la situación principalmente al cepo.

«Es el principal responsable, pero después vinieron la devaluación, la inflación, el intento de pesificación, los Cedin: todo ese cóctel provocó esta crisis», enumeró angustiado.

Lo que ocurre en Capital es una muestra muy concreta de lo que ocurre en el país. En el distrito operan unas 6.000 inmobiliarias, que hacen malabares para sobrevivir. Debido al impacto en la industria de la construcción, el Gobierno impulsó el Cedin (vía blanqueo de capitales y fondos sin declarar) para la compra de unidades nuevas, pero la reactivación no llegó.

La razón es simple: el 85% de las operaciones son propiedades usadas. Y los dueños se resisten a vender, por temor a descapitalizarse. «La oferta cayó un 50% en los últimos dos años», grafica Arévalo.

El contexto actual nunca fue tan grave, según muestran las series estadísticas, que en Capital comenzaron a elaborarse a partir de 1980 y en Provincia, desde 2000. En la Ciudad de Buenos Aires, el promedio anual es de 90.303 escrituras.

En la serie, los mejores años fueron 1982, guerra de Malvinas incluida (110.512 operaciones) y 1998 (107.184), en el inicio de la recesión.

Por el contrario, 1989 (84.324), 1990 (83.247), 2001 (79.760) y 2009 (75.950), fueron los más bajos. Ninguno de esos registros, sin embargo, se compara con la de 2013, año en el cual se escrituraron 60.182 unidades, esto es un 50% por debajo del promedio. Y este año pinta peor todavía.

La menor oferta y la brutal caída en la demanda impacta de lleno en el negocio de la intermediación: las inmobiliarias. Ajuste de costos, reducción de personal, cierre de sucursales: casi todas exploran esas alternativas.

«El cepo fue el inicio, pero lo peor es la incertidumbre, no se sabe cuál es el verdadero valor de las propiedades», introduce Roberto Tizado, dueño de Tizado Propiedades, una cadena que cerró 4 de sus 39 locales por la crisis.

El precio de las propiedades continúa fijándose en dólares. Y los montos, prácticamente se mantienen. El gran interrogante, hoy, es el valor del dólar.

«Con las distintas cotizaciones, no termina de establecerse el verdadero precio. Entonces, el que vende no sabe si está malvendiendo y el que compra, lo mismo», explica Tizado. Con larga trayectoria en el mercado (se inició en 1979), el empresario sostiene que nunca vio una parálisis semejante. «Pasamos el ajuste del 81/82, con una brusca devaluación; las híper del 89 y 90; las crisis del tequila y la de 2009; y la de 2001, que fue muy dura. El actual es el proceso recesivo más largo», enumeró.

Armando Pepe, titular de la inmobiliaria que lleva su nombre y que opera desde 1960, coincide casi textualmente.

«Nunca hubo una recesión tan larga y eso que pasé devaluaciones, rodrigazos, «sigoutazos» (alude al ex ministro de Economía Lorenzo Sigaut), pero nada parecido a esto», recordó el operador.

Al igual que muchos de sus colegas, Pepe reconoce que debido a la menor actividad redujo personal y que muchos propietarios se retiraron del mercado.

Lento, pero algo se mueve «Algunas operaciones se hacen porque hay gente que tiene necesidad de comprar. El mercado no está totalmente paralizado, pero todo se vende menos. Hay un margen de negociación por el precio, pero muchas veces recibí ofertas ridículas», concluye Pepe.

Hacia el futuro, Pepe se muestra optimista. «A pesar del cepo, la inseguridad jurídica, económica y política, cuando me preguntan yo digo que esto empieza a cambiar a partir de junio de 2015», interpretó. En el sector creen que en el fondo, detrás de la crisis, hay una cuestión anímica que comenzará a revertirse con la llegada de un nuevo gobierno.

Jorge Toselli, dueño y titular de JT Propiedades, describe el mismo panorama. «La situación la sobrellevamos muy mal, porque los ingresos genuinos provienen de las ventas. Y ahora estamos subsistiendo con los alquileres, que son operaciones mucho más chicas», dice.

Toselli fue el empresario que recibió las críticas de Cristina Kirchner por cadena nacional hace dos años, a poco de implementarse el cepo, por advertir sobre la parálisis del mercado. Hoy, insiste: «La pesificación no funcionó. El Gobierno no entiende que la gente quiere el dólar billete. Que si algo se compra con dólares, venderlo en pesos no cierra».

Para los conocedores del rubro inmobiliario, la cantidad de llamadas es el mejor indicador de la demanda. En este sentido, Toselli comparó. «Antes del cepo, un sábado -el día con mayor cantidad de avisos publicados- recibíamos entre 70 y 90 llamados telefónicos. Hoy, con suerte, tenemos 10«.

Sin dejar de reconocer el mal momento del sector, Ignacio Mel (de Mel Propiedaes) y Diego Cazes (de LJ Ramos) coinciden en resaltar cierto repunte en las ventas en el segmento ABC 1. «En Belgrano, Palermo y Núñez tenemos demanda y se está vendiendo. El primer semestre de 2013 fue flojo, pero en el segundo repuntó», dice Mel.

Cazes, por su parte, afirma que el año pasado las ventas cayeron fuerte, pero que «ahora observamos un cierto rebote y una mejor predisposición de la gente para comprar».

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