Ladrillo «en gestación»: invertir desde boca de pozo mantiene su atractivo y buena rentabilidad.


21-07-2014 Mientras la compraventa de unidades terminadas no repunta, este segmento de negocios se posiciona como uno de los pocos que sigue captando una demanda estable. Por el lado de la oferta, se registró una depuración y desaparecieron los «pooles de amigos devenidos en desarrolladores»
Por Patricio EleiseguiÚltima actualización: 21/07/2014 11:07:00 am

El negocio inmobiliario no detiene su caída: en mayo, la compraventa de inmuebles en Capital experimentó un desplome de más del 15%.

De este modo, durante los cinco primeros meses, el total de escrituraciones acumuló un preocupante descenso de casi el 7%, de acuerdo con datos del Colegio de Escribanos porteño.

La cantidad de operaciones registradas en mayo (menos de 2.900) fue incluso más baja que la de igual mes de 2009, un año que venía atravesando los coletazos de la crisis internacional.

Este contexto adverso, derivó en una caída de los precios en dólares de las propiedades terminadas.

En este sentido, un informe de la Cámara Inmobiliaria Argentina (CIA), da cuenta de que el impacto en las cotizaciones se ha venido sintiendo a partir de enero, y que esta contracción «da cuenta del mal momento del mercado».

En este contexto, vale la pena repasar cómo están las cosas para un segmento del negocio inmobiliario que siempre ha generado sumo interés en muchos argentinos: los proyectos desde boca de pozo. Es decir, aquellos en los que los particulares participan desde la gestación de la obra.

¿Se han sumado a la «mala onda» que hay en el sector? ¿O, por el contrario, siguen manteniendo su atractivo en cuanto a la cantidad de adeptos y rentabilidad que ofrecen?

Una primera pista la aporta Diego Migliorisi, de Migliorisi propiedades: «La inversión en boca de pozo sigue manteniendo su solidez y ofreciendo una rentabilidad muy interesante. Es un negocio muy seguro, a diferencia de otros en los que el riesgo es mucho mayor».

Buen margen de ganancia para particulares
En general, las fuentes del sector consultadas por iProfesional coinciden con el diagnóstico de Migliorisi, si bien consignan que el rendimiento cayó un poco respecto del de hace unos años.

Antes del cepo cambiario y en épocas del «boom del ladrillo», los particulares que se sumaban a un proyecto desde boca de pozo lograban una rentabilidad del orden del 25% al 30% en dólares, para un desarrollo a dos años.

Hoy esos guarismos se han reducido, más allá de que se tenga que considerar a la moneda local como referencia.

«Hace unos años, la rentabilidad que se obtenía al invertir en un buen proyecto podía ser excelente. En la actualidad, se logra un 20% en pesos en términos reales. Es decir, por encima la inflación. Estas cifras pueden variar según el tipo de obra y la ubicación», asegura Migliorisi.

Carlos Spina, gerente comercial Argencons, afirma: «En boca de pozo, si por ejemplo se mide en metros cuadrados, el inversor logra una alta capitalización».

¿Y en dólares, cuánto se gana? «Dependerá de cómo esté el mercado inmobiliario -en cuanto a oferta y demanda- al finalizar la obra como también del ritmo devaluatorio que imponga el Gobierno hasta ese momento», agrega el directivo.

Javier Rius, gerente general de Ayres Desarrollos, aporta otro dato: «Los emprendimientos que más se están demandando son los de dos y tres ambientes con amenities, ya que ofrecen buena renta para el inversor».

«Las zonas donde más se concentran los proyectos en Capital Federal corresponden a Palermo, Belgrano y Caballito. Ha habido algo de derrame hacia otros barrios, como Almagro«, afirma José Rozados, CEO de Reporte Inmobiliario.

Y agrega: «Fuera de Buenos Aires, se sigue construyendo mucho en la zona norte, en lugares como Vicente López. En el sur, hay varios proyectos que avanzan en Lomas y Lanús».

Los desarrolladores, más apretados
Un cambio que se observa en este segmento de negocios tiene que ver con «los tiempos económico-financiero» que deben manejar los desarrolladores para este tipo de proyectos.

«Los lapsos para lograr una ganancia se modificaron sustancialmente. En las buenas épocas, el grueso de la preventa se realizaba principalmente mientras se desarrollaba la obra. Es decir, la empresa ya contaba con buena parte del dinero al año de concluido el emprendimiento», apunta Migliorisi.

«En la actualidad, se debe esperar entre dos años y dos años y medio», asegura. Desde Ayres coinciden: «Los tiempos para lograr una ganancia en muchos casos se estiran hasta los tres años».

Los inversores, más cautos
En cuanto a la ganancia para el desarrollador, desde el sector afirman que la misma ha caído sustancialmente en términos reales. Y no faltan los que aseguran que muchas veces este porcentual no le compensa el riesgo incurrido a quienes gestan la obra.

Los menores márgenes y el cepo cambiario hicieron que el sector haya experimentado una depuración en cuanto a la oferta de este tipo de emprendimientos.

Estas iniciativas han vuelto a manos de desarrolladores profesionales y solventes, en tanto que los developers amateurs han salido un poco de la escena.

Tal como aseguran en el rubro, «desaparecieron los dentistas devenidos en desarrolladores inmobiliarios».

Antes, era común encontrarse con un pool de amigos que compraban un terrenito, contrataban a un arquitecto, levantaban un edificio de unos pocos pisos y se hacían de una muy buena ganancia.

En algunos casos, hasta les insumía poco capital porque apalancaban financieramente la obra con la misma preventa.

Hoy, como aseguran los expertos consultados, esos players han vuelto a sus profesiones.

Este cambio -además de la caída en la rentabilidad y del cepo- está potenciado además por las dificultades para acceder a créditos a tasas razonables.

Así las cosas, el mercado ha ido depurándose y han quedado principalmente los desarrolladores con expertise, espalda financiera y amplio conocimiento del negocio.

También se da el caso de inversores que compran terrenos bien ubicados, pero no para empezar a construir ahora, sino para tenerlos hasta que haya cambios en las condiciones de mercado.

«Es cierto que aquellos que invertían sus flujos de excedentes en pesos en este tipo de proyectos han ido desapareciendo del negocio», señala Spina, de Argencons.

También existen diferencias respecto a las épocas doradas y boom de construcción, en las que todo metro cuadrado que se ponía a la venta rápidamente se «evaporaba».

Incluso, en muchos casos, producto de una demanda ávida de comprar que no reparaba demasiado en la calidad y en las terminaciones de la unidad.

Ahora «los particulares están mucho más prudentes y se muestran más selectivos. Hacen un análisis más detallado de plazos y precios», afirma el directivo de Ayres.

Rozados coincide con que la rentabilidad en baja limitó la oferta. Asegura que se enmarca en un momento complicado del mercado inmobiliario, que experimenta un descenso generalizado en la cantidad de escrituraciones.

Ladrillo nuevo, vida nueva
El director de Reporte Inmobiliario asegura que, en la actualidad, «el mercado de los nuevos desarrollos resulta de principal interés para quienes buscan en el ladrillo la posibilidad de una nueva vivienda».

«Para este tipo de inversores, claramente estas iniciativas son oportunas porque permiten entrar en pesos y dan cierta comodidad con el pago en cuotas».

¿Qué pasa con los que compran para revender? Rozados agrega que «quien sale a vender exige cash y todo junto, sin financiación».

Y agrega: «El problema en esta instancia es conseguir a la persona que ponga toda la plata. Esta dificultad se viene dando desde que se impuso el cepo. Y este es un factor que aleja a los que compran desde boca de pozo para luego traspasar rápido la unidad».

La construcción no levanta cabeza
Los permisos de construcción en la Ciudad experimentaron un desplome de algo más del 50% en 2013, según las estadísticas que maneja el gobierno porteño.

«Este descenso se suma a la baja del 24% que se había registrado en 2012 con respecto al 2011», agrega Rozados.

Si se analizan los permisos por barrio, por primera vez en diez años no fue Palermo la zona estrella sino Belgrano, que lideró el ranking de la mayor cantidad de obras nuevas. Detrás se ubicaron Palermo, Villa Urquiza, Balvanera y Caballito

 

Fuent4e: iprofesional.com

Lamentan que por el cepo «cierren inmobiliarias»


 

Néstor Walenten, presidente de la Cámara Inmobiliaria, sostuvo en Radio 10 que «algunos locales pequeños, de barrio», sufren la caída en las operaciones. Las ventas empezaron a bajar desde octubre de 2011, cuando aplicaron las primeras restricciones cambiarias

Lamentan que por el cepo "cierren inmobiliarias"

Las restricciones y controles que aplica el gobierno nacional en el mercado cambiario está impactando da manera letal en el mercado inmobiliario, por lo que desde el sector advierten que «algunas inmobiliarias vienen cerrando» ante la caída en las operaciones.

Néstor Walenten, presidente de la Cámara Inmobiliaria Argentina (CAI), lamentó que«algunos locales pequeños, de barrio», están siendo afectados por el freno en las ventas de la «mercadería usada, el rubro más demorado y restringido», ya que muchos subsisten de las comisiones de la compraventa de estas operaciones.

«Las reglamentaciones cambiarias que se vienen aplicando desde el 31 de octubre del año pasado, generaron una incertidumbre muy grande y de alguna manera esto ha provocado el repliegue no solamente de la demanda sino paralelamente de la oferta«, afirmó el referente del sector.

En declaraciones a Radio 10, Walenten agregó que «mucha gente ha retirado la oferta de venta y la ha migrado al mercado locativo; estamos viendo un incremento de oferta en inmuebles en alquiler«.

Desde el sector consideraron que «aquellos que se han retirado de la venta se volcaron a la oferta locativa. El propietario dice: prefiero quedarme con los ladrillos y pesos no quiero aceptar, tampoco sé cuántos pesos y/o dólares cuesta mi inmueble y se retira».

En la República Argentina se estima que unas 250 mil personas están vinculadas directamente en el rubro inmobiliario.

Al mismo tiempo, Walenten alertó también sobre el freno que está experimentando el sector de la construcción. «Las obras que están empezadas seguirán su proceso normal, pero muy pocas obras están comenzando», afirmó.

Para concluir, el titular de la CIA señaló que «en el primer semestre de 2012 en comparación con el año anterior, la cantidad de metros cuadrados permitidos de construcción cayó 60 por ciento».

 

Fuente: infobae.com

Aumentó un 10% la compraventa de inmuebles en la ciudad durante 2011


Los pequeños ahorristas se refugian en la compra de propiedades para mantener o aumentar su capital en el largo plazo. Los operadores del sector dicen que la mejor manera de no perder frente a la inflación es apostar al ladrillo.

La compraventa de inmuebles aumentó un 10 por ciento en Mar del Plata durante 2011 respecto al 2010, según cifras extraoficiales. Así, los pequeños inversores vuelven a mirar al ladrillo como el mejor resguardo para sus ahorros y el mercado inmobiliario consolida su crecimiento.

Los índices crecientes de inflación parecen haber modificado la forma de preservar los ahorros. Porque mientras hasta hace algunos años era el dólar una de las inversiones preferidas para proteger el valor del dinero, hoy, en un contexto de suba de precios y de divisa norteamericana estable, la plata quema y se transforma en tierra o en ladrillos. Al menos así lo señalan los principales referentes del mercado inmobiliario local, quienes sostienen que, paradójicamente, el proceso inflacionario que atraviesa el país se ha convertido en un motor para dinamizar las ventas en el sector.

Un tanto más cauto, el presidente del Colegio de Martilleros, Miguel Angel Donsini, estimó que la compraventa de propiedades aumentó un 5% en 2011. «El balance fue bueno», dijo. Y afirmó que la mejor manera de no perder frente a la inflación es apostar al ladrillo. «Es la inversión más segura», sostuvo.

A tono con las cifras de Mar del Plata, la compraventa de inmuebles creció en la provincia de Buenos Aires alrededor de un 11% durante 2011 respecto del año anterior, según un informe del Colegio de Escribanos bonaerense. Su titular, Carlos Agustín Sáenz, destacó que las estadísticas demuestran que «el mercado inmobiliario mantuvo su tonicidad en consonancia con el conjunto de la economía bonaerense y nacional».

De acuerdo con el relevamiento, las operaciones inmobiliarias pasaron de 122.731 en 2010 a 136.214 en 2011. Asimismo, durante diciembre de 2010 se registraron 18.502 transacciones, mientras que el año pasado ascendieron a 19.680.

En cuanto a los montos pagados, en 2011 fueron superiores a los 30 mil millones de pesos y en 2010 no pasaron la barrera de los 20 mil.

Inversión segura

La clase media tradicionalmente se refugió en la compra de propiedades para mantener, en el largo plazo, su capital. Durante el período 2001-2011 este tipo de inversión generó importantes utilidades y no sólo en el mercado de la Capital Federal, como históricamente mostraban los ciclos económicos, sino también en las ciudades del interior como Mar del Plata.

Quien invierte en la compra de un departamento de dos o tres ambientes en general no lo usa para mudarse, sino para alquilar. La mayor parte de los desarrolladores inmobiliarios apunta a estos «nichos», que son los que tienen hoy salida en el mercado. «Un dos ambientes duplica la utilidad, tomando en cuenta la relación inversión versus alquiler, respecto de un departamento o casa de grandes dimensiones», confió un operador del sector al ser consultado por el tema. «La conducta del argentino medio es ahorrar en el ladrillo. No va a las acciones o a las inversiones de riesgo. Quiere, por lo general, algo tangible, algo que él pueda tener bajo su control. Y en este encuadre están las propiedades», agregó.

Para muchos los precios de las propiedades son exagerados y deberían tender a desinflarse. Para otros, en cambio, el ladrillo siempre fue para arriba y seguirá subiendo.

Los especialistas ven un mercado virtualmente partido en dos. Por un lado, el de las unidades orientadas al segmento socioeconómico medio-alto de la población, que posee una determinada lógica y dinámica de precios. Por otro, el de las dirigidas al segmento medio y bajo, que depende de la evolución del crédito hipotecario y del poder adquisitivo de la clase media para realizar inversiones.

En este escenario, la propiedad es una posibilidad para cubrirse de los procesos inflacionarios. Pero, según dicen los operadores del sector, es importante asesorarse a la hora de comprar: calidad de construcción y, especialmente, ubicación son las claves hoy para hacer rentable este tipo de inversión.

En cuanto al destino de las inversiones, la torta se reparte en tres porciones. La más sustanciosa apunta a la compra de pequeñas unidades residenciales orientadas al alquiler para obtener algún grado de rentabilidad. En segundo lugar se ubica la adquisición de terrenos a bajo precio, en zonas donde la perspectiva de desarrollo futuro haga pensar en una mayor valorización de la tierra. En tercer término, y en una menor magnitud, los capitales se vuelcan a la compra o construcción de locales comerciales que, si bien otorgan un mayor margen de rentabilidad a la hora de ser alquilados, también demandan un volumen más alto de inversión. Una de las razones que motivan esta forma de orientar los ahorros radica en el hecho de que en el mercado pueden conseguirse pequeños departamentos de uno o dos ambientes terminados a un valor que ronda los 50 o 55 mil dólares, mientras que un local comercial, para que otorgue una renta interesante, no baja de los 150 mil.

 

Fuente: diario la capital

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