Sin mercado, ¿puede haber precios?


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Sin mercado, ¿puede haber precios?

Por Adriana Anzillotti | LA NACION

Twitter: @aanzillotti    |
Las noticias de la semana desalientan hasta el más optimista y en verdad cada vez son menos porque la realidad golpea a los ciudadanos. Y el sector inmobiliario no está exento de esta coyuntura. Los números son elocuentes: las escrituras reflejan una caída y lo mismo sucede con la cantidad de permisos para construir, de modo que no sólo este momento es crítico, sino que se advierte y anticipa un difícil segundo semestre y más incertidumbre respecto de 2013 (con muchos nubarrones en el horizonte encima de un año electoral). Planificar una obra exige mucha anticipación y las condiciones actuales lo que menos consiguen es incentivar a los desarrolladores/inversores locales para construir. Lo que implica, además, menos puestos de trabajo en la construcción, que es madre de industrias y generadora de mano de obra.

Mientras la pelea política subió de tono y se podría decir que está disimuladamente al rojo vivo, con inflación mediante y un dólar paralelo que pasó la barrera de los 6 pesos, el panorama se ha vuelto sumamente complejo. Escasea la yerba en las góndolas, pero mucho más preocupante es que falten insumos para la medicina y remedios, mientras el dólar sigue trepando…, ¿hasta dónde? ¿O acaso es una devaluación encubierta?

El mercado se frenó básicamente por las restricciones cambiarias. Pero nada positivo viene de las decisiones ajenas al propio mercado: nada puede determinarlo más que sus propias variables. De ese delicado balanceo entre la oferta y la demanda surge el precio. A mayor libertad para ese equilibrio, mejores resultados para su fluidez.

La libertad (obviamente en el sentido más amplio y en todos los aspectos de la vida como un valor supremo del hombre), pero en este caso contractual aplicada al mercado de alquileres, permite que este segmento fluya y se afiance la necesidad de negociar entre locadores y locatarios en busca de resultados que beneficien a las partes. Cualquier intromisión externa no hace más que sofocar este estilo de consensuar logrado después de muchos traspiés y no sólo en lo referido a la vivienda, sino también en los contratos comerciales.

Pero si se vuelve al dólar, protagonista total de estos días, la pregunta es si la suba continúa, ¿cómo afecta esto a los precios de las propiedades? Ni comprar ni vender… Entonces no hay mercado y si no lo hay, ¿puede haber precios?

Las dudas arrecian mientras que los bolsillos enflaquecen y la preocupación de cómo esta situación actual de la economía puede afectar a las empresas y los puestos de trabajo sigue en alza. ¿Quién despejará estas incógnitas?.

 

Cayó 25% la oferta de inmuebles por las dificultades para realizar transacciones en dólares


Por el cepo cambiario los dueños se vuelcan al mercado de alquiler

 

 

La oferta de viviendas en venta retrocedió entre un 20% y un 25%, desde que el panorama cambiario entró en ebullición, según operadores inmobiliarios. La situación era complicada desde que el gobierno dispuso un cepo a la compra de dólares, en noviembre pasado, pero en el mes corriente, con el endurecimiento de las medidas para hacerse con dólares, se complicó aún más.

«Esto es así desde noviembre, pero mayo se transformó en el peor mes en lo que va del año» sostuvo ante El Cronista Jorge Toselli, director de JT Inmobiliaria. El empresario agregó que «hay muchos vendedores que ante la imposibilidad de obtener dólares por la operación optan por sacar el inmueble del mercado, y así la baja en la oferta supera el 20% en comparación con abril».

Por su parte, Ricardo Vinelli, de Vinelli Propiedades, también observa una baja en el nivel de viviendas disponibles. «Es que el cepo cambiario trajo aparejado un serio problema para todos los que trabajamos en el sector. Se ve un freno muy importante, pero además se generó una gran incertidumbre tanto para los compradores como para los vendedores», afirmó el especialista.

Entre quienes toman el camino de quitarle el cartel de venta a su propiedad, las opciones son variadas. Aquellos que están más acomodados desde lo financiero se dan el gusto de dejarlo muerto hasta que la situación mejore, aunque otros cambian el se vende por el se alquila.

Las complicaciones para cerrar las operaciones, del otro lado, generan una oportunidad para quienes sí cuentan con los dólares. «En la actualidad los interesados que llegan con los billetes verdes en mano se dan el lujo de regatear los precios hasta un 12%, cuando en situaciones normales no se supera el 7 por ciento», dijo Dina Crusizio, directora de la división Viviendas de LJ Ramos.

Pero más allá del dólar, las inmobiliarias advierten también otros factores de riesgo. Uno de ellos es la tensión que se vuelve a vivir en el campo a raíz de los nuevos impuestos que deberán pagar. «Este año casi no le vendimos a la gente del campo, y por lo general en época de cosecha representan cerca de un 50% de nuestras ventas», se quejó Toselli. A eso se le suma la asfixia que los compradores sienten por parte de la AFIP

La venta de inmuebles los últimos cuatro meses

Producto del control cambiario y la menor actividad en capital, la venta de inmuebles en mazo, según el Colegio de Escribanos de la Ciudad de Buenos Aires, ya había tenido una retracción interanual del 4,8% y el primer trimestre concluyó con una baja del 11%.

Además del menor acceso a la compra de divisas, la razón de la caída en la actividad «es la desaceleración de la economía en general, de todo el aparato productivo, incluida la construcción, que en el primer trimestre del año tuvo un 30% menos de permisos», señaló Néstor Walenten, titular de la Cámara Inmobiliaria (CIA)

 

Fuente: http://www.lanacion.com

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