Cuáles son las causas por las que no hay crédito hipotecario accesible en la Argentina


El Banco Nación y el Hipotecario, tres entidades privadas, dos especialistas del sector inmobiliario y un ex presidente del BCRA explicaron a lanacion.com por qué es tan difícil acceder a la vivienda

Viernes 01 de abril de 2011 |

Por Francisco Jueguen
De la Redacción de lanacion.com
fjueguen@lanacion.com.ar | @fjueguen

Pese a que hoy existen algunas opciones en el sistema financiero, el crédito hipotecario «atractivo» y «accesible» es un bien escaso para muchos argentinos que tienen el sueño de dejar de alquilar y comprar la casa propia.

Las razones por las que los bancos privados o públicos no otorgan préstamos para viviendas o lo hacen plazos y tasas que no los hacen accesibles para la mayoría de los argentinos son variadas. Pero entre las principales se destacan los salarios deprimidos en relación con el valor del metro cuadrado, la alta inflación y las tasas negativas para el ahorro, y la desconfianza histórica en la economía local.

Estas son las conclusiones que surgen de un relevamiento realizado por lanacion.com entre el Banco Nación, el Hipotecario, un ex presidente del Banco Central de la República Argentina (BCRA), tres importantes bancos privados y dos analistas del mercado inmobiliario. La actual administración del BCRA, que conduce Mercedes Marcó del Pont, prefirió no responder a las consultas de este medio.

Por otro lado, y a pesar de los rumores que surgieron en marzo sobre la posibilidad de que el Gobierno presentara créditos hipotecarios a tasas subsidiadas como forma de seducir a la clase media en un año electoral, desde las filas del oficialismo aún no se ha confirmado nada concreto que ilusione a los argentinos.

A pesar de los rumores sobre que el Gobierno presentaría créditos hipotecarios a tasas subsidiadas aún no se ha confirmado nada concreto que ilusione a los argentinos.

No obstante, -después de varios intentos fallidos que terminaron en denuncias, como el Plan Inquilinos- un crédito lanzado por la presidenta Cristina Kirchner el año pasado es hoy la mejor oferta del mercado. Se trata de la línea Casa Propia del Banco Nación (BNA), que presta hasta $ 600.000 para vivienda única y permanente a una tasa fija del 12,75% anual durante los tres primeros años. Luego se vuelve variable y ajusta por la tasa Badlar -la que rige en el BCRA para depósitos de más de 1 millón de pesos- pero con un techo marcado por el índice salarial del Indec.

«No es para comprar departamentos a estrenar en Recoleta sino que está orientado a la gente del interior», dijeron desde el BNA cuando lanacion.com preguntó sobre si esa línea era accesible para todos los argentinos. Igualmente, aclararon que actualmente se están prestando alrededor de $ 50 millones por semana. Junto al BNA, el Banco Ciudad y el Hipotecario son los más activos en el mercado de créditos para la vivienda.

Las causas. Los problemas que conducen a que el mercado financiero no apueste al crédito hipotecario –como sí lo hace con las líneas al consumo o la producción- son variados. Aquí un repaso de ellos:

* Precio del m2 en dólares y sueldos en pesos: Según un informe de la consultora abeceb.com tras la devaluación del peso en 2002, los precios de las viviendas en Capital Federal crecieron un 460% y los salarios se expandieron un 270%. «El factor fundamental es la relación salario-metro cuadrado, que complica el nivel de ingreso necesario para poder acceder a un valor de crédito que alcance para comprar una vivienda», señaló a este medio el economista en jefe de un importante banco privado. «Al haberse generado una fuerte corriente de ahorro canalizado a los inmuebles, sobre todo en los últimos años, la evolución del metro cuadrado ha sido firme a partir de 2003. La gente llega a pagar un alquiler en un barrio determinado pero para afectar el mismo ingreso a una cuota tiene que resignar fuertemente la calidad a la que aspira en materia de zona», agregó. De la misma manera, opinan en el Banco Hipotecario, una entidad de capitales mixtos. Allí estimaron que «si bien en los últimos años el salario ha recuperado en términos reales su poder de compra, la relación ingresos de los sectores medios y valores de la vivienda todavía se mantiene desfasada, sobre todo en los grandes centros urbanos». Esta visión es compartida, por lo menos, en otras dos instituciones privadas y en el Banco Nación, en el que también recalcaron el vigoroso incremento de los metros cuadrados en dólares. «Con los inmuebles nominados en dólares y los salarios en pesos, la cuota que se debe pagar es relativamente alta. Además, con el ingreso de un asalariado es muy difícil calificar para pagar una cuota hipotecaria», concordó Germán Gómez Picasso, director de Reporte Inmobiliario.

«Si bien en los últimos años el salario ha recuperado en términos reales su poder de compra, la relación ingresos de los sectores medios y valores de la vivienda todavía se mantiene desfasada».

* La inflación: «La Argentina no tiene una unidad de cuenta que permita prestar a largo plazo porque el Gobierno tiene una política económica pro inflacionaria», señaló a lanacion.com el ex presidente del BCRA Martín Redrado. «Al no tener perspectivas de reducir la tasa de inflación, debe trabajarse en generar alternativas en moneda local ajustable por uno o varios índices», completó. El economista indicó que el más adecuado para el desarrollo del crédito hipotecario sería una variación acorde con el índice salarial. El alza de los precios, negado por el Gobierno, fue de entre un 25% a 27% en 2010 según estimaron consultoras privadas y organismos estadísticos provinciales. La inflación tiene un efecto nocivo para todos los que cobran un salario o jubilación, muchos de ellos interesados en un crédito hipotecario. «La inflación disminuye la capacidad de ahorro de la gente», explicaron en otro banco privado que pidió anonimato total. «La alta inflación hace que las tasas, en la medida que sean reales, resulten muy altas para los potenciales clientes», explicó, en tanto, el arquitecto y consultor inmobiliario Damián Tabakman. «Y dar préstamos a tasas negativas respecto de la inflación, es algo que los bancos [privados] no quieren hacer porque implicaría un subsidio, y las entidades financieras no son organizaciones de bien público», completó.

«La inflación disminuye la capacidad de ahorro de la gente».

* El alza de precios y su impacto en el ahorro: Pero la actual inflación –y su historia en el país- golpea también en la cultura de ahorro de los argentinos, que siempre prefirieron el dólar y el ladrillo (impulsando así fuertemente el valor de las viviendas y orientando la construcción –la oferta- hacia el departamento con finalidad inversora). En tanto, el argentino se desprende rápido del peso, lo que trae como consecuencia una reducción de la liquidez de los bancos y, por ende, de la capacidad de préstamo a largo plazo. «La incertidumbre en materia inflacionaria más un masa de depósitos colocada en promedio a menos de 60 días pone presión sobre la prima de riesgo de los créditos a largo plazo -y sobre las tasas de interés- entre ellos los hipotecarios obviamente», explica el economista en jefe del banco de capitales foráneos. En el Hipotecario encontraron una explicación similar pero sin mencionar la inflación: «Para que el crédito hipotecario en la Argentina crezca en forma sostenida se necesita un incremento del ahorro en moneda local de largo plazo. Para eso, es necesario generar las condiciones económicas y culturales para que los distintos actores ahorren en pesos y a más largo tiempo». En rigor, con los actuales aumentos de precios, el ahorro bancario (a través de un plazo fijo, por ejemplo) termina «licuado», ya que la tasa de interés pasiva, la que da el banco, es menor a la variación anual de los precios. Es por eso, que muchos economistas privados encuentran -a través de ese fenómeno- una explicación para el boom de consumo en bienes durables (electrónicos, electrodomésticos, autos, entre otros) que se da en la actualidad.

Pero los bancos y expertos señalaron además otras variables que, quizás con un menor impacto que los anteriormente mencionados, minan la posibilidad de generar una oferta mayo de créditos hipotecarios.

Entre ellos citaron, por ejemplo, la obsesión argentina por la tasa fija, algo que se entiende con los fuertes cimbronazos económicos y políticos que vivió históricamente el país. «La gente tiende a rechazar, y de manera racional, las ofertas a tasa variable, y buscar la tasa fija que le de la ansiada certeza en materia de cuota. Quieren estar seguros de que, de mínima, la relación cuota-ingreso se mantiene en el tiempo», indicaron desde un banco.

«La gente tiende a rechazar, y de manera racional, las ofertas a tasa variable».

Por otro lado, desde otra entidad financiera privada citaron también el problema de «la economía informal». Básicamente implica que las personas no bancarizadas quedan fuera de la oferta de los productos que se ofrecen, pero también que el dinero que ellos aportarían al sistema de intermediación es una liquidez con la que no se cuenta actualmente.

«Además debido a este desfasaje entre el valor de las propiedades en dólares e ingresos en pesos, la cuota hipotecaria para comprar un inmueble duplica o triplica la del alquiler para la misma propiedad», sentenció, sumando una nueva variable, Gómez Picasso. Esta realidad choca justamente con la cultura argentina de ahorro en ladrillos y con la sensación de inseguridad que produce el alquiler.

En la actual coyuntura económica de alto crecimiento con inflación -no reconocida oficialmente-, los analistas creen que será difícil que el crédito hipotecario prospere en el corto plazo, a excepción de que el año electoral depare alguna nueva sorpresa.

Fuente: la nacion.com

EL HIPOTECARIO EMITIRÁ HOY CÉDULAS QUE FACILITAN EL ACCESO A LÍNEAS EN PESOS A 15%


EL HIPOTECARIO EMITIRÁ HOY CÉDULAS QUE FACILITAN EL ACCESO A LÍNEAS EN PESOS A 15%
Lanzan la tasa más baja del sistema para comprar la primera vivienda o construir
La primera serie de las cédulas “post-canje de deuda” tendrá un beneficio especial para sus suscriptores: la posibilidad de obtener un crédito de $ 200.000 a 20 años y a tasa fija
IGNACIO OLIVERA DOLL Buenos Aires ()
Es algo más sofisticado que un préstamo hipotecario, pero está al alcance de todos. El Banco Hipotecario colocará hoy la primera serie “post-canje de deuda” de sus cédulas hipotecarias con un beneficio especial para sus suscriptores: la posibilidad de acceder a un crédito por un valor hasta 10 veces superior al del título obtenido, a una tasa fija y en pesos de 15,5%.

Hasta hoy, sólo unas pocas entidades locales mantenían “activas” sus líneas para vivienda. Y prácticamente todas ellas aparecían inaccesibles para la clase media argentina por lo bajo de los salarios locales. En ofertas a tasa fija, el Ciudad era el más audaz, con un costo de financiamiento de 18% anual (TNA) en pesos a 20 años de plazo. En otro segmento (el de las tasas variables) el Banco Nación ofrecía una línea al 12,75% (TNA).

La colocación de las cédulas hipotecarias fue aprobada ayer por la Comisión Nacional de Valores (CNV). Será por un total de $ 273 millones y tendrá plazo de colocación desde hoy hasta el martes próximo (20 de julio).

Los tenedores de estos títulos, que tendrán un rendimiento mayor a la Badlar y una duración de 5,4 años, obtendrán “privilegios” para calificar frente a los créditos hipotecarios del banco. Aquellos que suscriban un monto mínimo de $ 20.000, podrán obtener una línea hipotecaria de hasta diez veces el valor suscripto (o sea: $ 200.000) para construir o adquirir una vivienda con una tasa fija preferencial de 15,5% (TNA), a un plazo de 20 años, y sin gastos de originación.

La cédula funciona así como una garantía para el cliente bancario: con ella, la entidad “infiere” la capacidad de pago del solicitante a partir de la capacidad de ahorro que demostró con la suscripción del título. El financiamiento otorgado por el Hipotecario se ubica entre el 70% y el 75% del valor de la vivienda.

Para acceder a este instrumento de inversión, la entidad pone como requisitos “básicos” tener entre 18 y 65 años, una antigüedad laboral mínima de un año, un DNI, un comprobante de un servicio a nombre del titular (el último período facturado), constancia de CUIL, últimos tres recibos de sueldo (existen otros requisitos para quienes trabajan en forma independiente), entre otra documentación.

“Con esto tenemos el objetivo de impulsar el desarrollo de un mercado secundario de hipotecas que genere liquidez en el primario”, dicen en el Banco Hipotecario.

Las cédulas hipotecarias son títulos destinados al mercado de capitales local, estructurados a través de fideicomisos financieros y respaldados por créditos originados por este banco, con garantía de hipotecas sobre inmuebles. La nueva oferta, denominada “Dueño x 10”, supone que “los suscriptores primarios de estas cédulas (CHA Serie XII) que requieran un préstamo hipotecario gozarán de beneficios en la política de análisis crediticio”.

“Se inferirá -precisa el banco- la capacidad de pago mensual del solicitante tomando en cuenta el monto suscripto de la cédula, pudiendo el beneficiario acceder a un monto de préstamo de hasta $ 200.000”.

Durante los últimos seis años, Banco Hipotecario ya colocó once series de fideicomisos CHA. “El desempeño fue excelente, hubo pleno cumplimiento y recibimos altos porcentajes de sobresuscripción”, contaron en la entidad

fuente: cronista.com

03:00

Sin una moneda de calidad, no habrá crédito bancario.


Sin una moneda de calidad, no habrá crédito bancario

Alejandro M. Estrada
Para LA NACION

En la Argentina, el crédito bancario tiene una bajísima relación con el valor de la producción, aproximadamente el 12 por ciento del producto bruto interno (PBI), relación excepcional a nivel mundial.

Ese bajísimo nivel de crédito al sector privado es una de las razones por la cual la crisis financiera internacional tuvo poco efecto en nuestro país. Claro está que el costo del bajo crédito significa menos casas, menos inversión en el sector privado, altos impuestos, etcétera.

Ahora bien, tanto la política como las corporaciones empresarias saben de sus malas consecuencias y pretenden resolverlas, ya sea con la creación de bancos estatales como con las acciones que pueda adoptar el Banco Central de la República Argentina (BCRA).

En una palabra, el criterio es que lo que los bancos no ofrecen lo puede ofrecer el Estado (pese a la existencia de la banca pública). Por lo tanto, una estatización directa o indirecta de la intermediación financiera sería la respuesta a la falta de crédito al sector privado.

Esta solución es una de las tantas «supersticiones» económicas de la clase dirigente argentina. También es posponer un tratamiento racional de un tema que puede afectar poder y dinero.

El primer requerimiento para que exista crédito bancario es que antes haya ahorro bancario. Las instituciones financieras son «intermediarias» entre el ahorro y el crédito. Pero sin ahorro financiero no puede haber crédito financiero; aquí y en el mundo entero, ahora y siempre.

El enfoque del problema es entonces determinar la razón del bajo ahorro financiero local, lo cual supone saber por qué el ahorrista tiene ese comportamiento.

Básicamente, los argentinos no consideramos al peso como reserva de valor de mediano y largo plazo. La alta inflación, las tasas negativas de interés, las expropiaciones, etc. son antecedentes que expulsan el ahorro financiero en pesos argentinos. No tenemos dinero propio «confiable»; por lo tanto, no habrá crédito en nuestra moneda.

Ante la larga historia de la baja calidad del dinero local, los ahorristas, tanto las personas físicas como las empresas, han cambiado su moneda dejando los pesos como moneda transaccional, y el dólar o el euro, como reserva de valor y unidad de cuenta. Prácticamente todas las grandes transacciones se hacen y valúan en moneda extranjera, específicamente el dólar estadounidense. El segmento más relevante y frecuente es el inmobiliario.

Quiere decir entonces que conviven dos monedas, una local, sujeta a todo tipo de riesgos jurídicos fácticos, y otra, el dólar, que mitiga esos mismos riesgos.

De todo esto se deduce que el Estado debe poner primero su atención en el sistema monetario y luego en las regulaciones crediticias. Los créditos con tasas subsidiadas en pesos no son la solución, muy poco para muchos o mucho para muy pocos.

Subsidios y corrupción

Las distorsiones económicas de largo plazo y la corrupción asociada a los subsidios ya son por todos conocidas.

Uno de los problemas por resolver es el hecho de no aceptar que estamos «en el mundo» y que las «supersticiones» sin competitividad del sector privado nos llevan a aumentar la pobreza relativa.

La situación internacional explica nuestro actual crecimiento, (bajísimas tasas de interés con precios de las materias primas duplicados respecto de la década pasada) e impide ver los problemas que estamos acumulando: inflación, alto costo del capital, rigideces laborales, aumento de la pobreza, etcétera.

No habrá crédito bancario si no existe un dinero local de alta calidad. Este es el debate de fondo.

La dolarización general, y especialmente del mercado de capitales, deja de lado los pesos estimulando el reclamo devaluacionista.

El peso, por su debilidad intrínseca, crea todas las condiciones para elevar el costo del capital.

Ante esta realidad, la estatización de la banca o las acciones más directas del Banco Central para crear más crédito podrán lograr muy poco.

La cuestión de fondo es recrear el vetusto sistema monetario argentino, proveyendo a la sociedad calidad en su función de reserva de valor y unidad de cuenta.

El autor es director ejecutivodel Banco Privado

Fuente: La nacion.com

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