Con un Protocolo Sanitario, el sector Inmobiliario reanuda la actividad


Con un Protocolo Sanitario, el sector Inmobiliario reanuda la actividad

martilleros

A raíz de la publicación en el Boletín Oficial de las nuevas actividades que serán exceptuadas del Aislamiento Social Preventivo Obligatorio en el Partido de General Pueyrredon, el Consejo Directivo del Colegio de Martilleros y Corredores Públicos Departamento Judicial Mar del Plata recuerda el Protocolo Sanitario Inmobiliario a seguir para los profesionales y futuros clientes, que ha elaborado y fue aprobado por el Municipio, la Provincia de Buenos Aires y la Nación.

En el mismo se señalan las medidas de protección y de prevención a tener en cuenta que se inician desde el traslado del martillero y corredor público y del personal de su casa a las oficinas.

Asimismo el ingreso a las mismas será conforme al espacio físico de cada una y en todos los casos se atenderán con tapa boca o barbijo obligatorio. Funcionarán en un horario  reducido de lunes a viernes y se sugiere que sea corrido de 10 a 16. El Colegio departamental atenderá de 8 a 14.

Se deberá colocar cartelería informativa específica sobre el Covid-19 en lugares visibles para información de los empleados y del público en general y delimitar las zonas de circulación mediante pintado de pisos, o cintas, o vinilo de alto impacto de color pegadas que no se borran ni despegan.

En cuanto al ingreso de personas a las inmobiliariarias y al Colegio durante la etapa de cuarentena administrada se permitirá una cada 16 metros cuadrados, con prevención de distanciamiento físico, ingresando con un tapabocas o barbijo, exceptuando a los grupos de riesgo que en esta instancia no se les permitirá entrar.

La reanudación de la actividad deberá guiarse por el principio de minimización del riesgo y se dividirá en dos fases. La atención de los profesionales inmobiliarios se limitará a las siguientes actividades que deban hacerse en forma presencial:

 Cobranzas y pagos de alquileres. Firma de contratos, prórrogas, finalizaciones, convenios.

 Entrega o recepción de llaves.

 Firma de contratos relacionados con la compra-venta inmobiliaria.

 Pago de cuotas por fideicomisos, convenios de pagos u otras operaciones relacionadas a la actividad inmobiliaria.

 Pago de impuestos y servicios.

 Pago de expensas.

 Depósitos bancarios.

El profesional deberá en esta etapa promover el teletrabajo a través de los distintos sistemas de comunicación (teléfonos, video llamadas, video conferencias, etc.) y también los sistemas de cobranza electrónica.

Por otra parte, podrá ofrecer propiedades a la venta en forma de tour virtual desde portales, sitios web o sistemas on-line pero se prohíbe visitar o tasar inmuebles en venta y/o alquiler  en forma presencial, con o sin ocupantes y obviamente las locaciones para fines turísticos.

Cualquier actividad que deba realizarse fuera de la oficina y que implique la circulación o traslado de personas o cosas estará momentáneamente suspendida.

El Protocolo también incluye las tareas a realizar en las oficinas una vez finalizada la etapa de cuarentena administrada, las cuales se informarán oportunamente.

Cabe señalar que recién cuando el Gobierno Nacional, Provincial y Municipal levante las restricciones vigentes se podrán realizar alquileres turísticos.

Una nueva normalidad… el secreto…


El secreto de la nueva normalidad….

En estos tiempos en los que nos embarca la duda de cual sera la nueva realidad… uno busca el secreto del lugar perfecto para establecer esa nueva realidad…
un lugar donde tenga una naturaleza fantástica…

un lugar en el que tenga una gastronomía rica, variada, de productos de cercanía… productos del mar…..
para mi seria fudamental que tenga productos del mar seria fundamental….

Una ciudad que tenga el tamaño suficiente para ser humana… para poderla caminar, pasear para encontrarte con los convecinos..

una ciudad que tenga un enorme potencial cultural… que sea atractivo cultural…

una ciudad que en verano es la muestra mas importante de todos los espectáculos hablados, cantados, bailados…

Una ciudad que tenga esa fiesta de cultura .. de espectaculo… de conciertos…

Una ciudad que se bañe en el mar…

Ese es el secreto..

Y en realidad no es ningún secreto… porque… esa ciduad.. es MAR DEL PLATA…

Mar del Plata ARGENTINA!! y Marinera…

MAr del Plata… desde España se te extraña…

a Mar del Plata me iria yo con ese barquito de atras… hasta llegar a su puerto…

Mar del Plata ahi… si se puede establecer una nueva normalidad…

Imanol Arias…

Felices los que poco esperan, porque jamás serán defraudados


Claudio ZuchovickiMEDIO:Comentar(0)Me gustaCompartir3 de mayo de 2020  

Sin duda, para mi generación la pérdida de Marcos Mundstock es un impacto de los que duelen y entristecen. Pero, al mismo tiempo, el recordarlo abre el rincón de las emociones y afloran esas sonrisas que vienen del alma.

Ahora sí, el placer de saludarlos y recibirlos en este espacio. La frase que titula la nota de esta semana es obviamente de Les Luthiers y ya, por sí misma, provoca dos observaciones. La primera: qué bueno cuando le adjudicamos más el mérito a un grupo o a un equipo que a una persona (qué linda enseñanza de los Luthiers para las nuevas generaciones). La segunda: la frase -y por eso la elijo- tratar de dar algo de ánimo que ayude a sobrellevar económicamente esta cuarentena.

Siempre repito que el mercado financiero se mueve por dos palabras: confianza y expectativas. El resto es verso. Y ambas se manifiestan a través del precio. Si confiás en un país, en una persona, en una marca o en un comunicador, estarás dispuesto a pagar un precio mayor. Si no confiás, por más que el precio sea más barato, preferirás dejar pasar la oportunidad.

Perú tiene los mismos o tiene más problemas que nosotros: mucha deuda, más desigualdad, menos recursos, y sin embargo, el resto del mundo le presta a un costo de menos del 3% anual. A nosotros no solo no nos prestan, sino que hoy estamos discutiendo si un bono posmegaquita vale 35% o 45% de su valor. La falta de credibilidad es peor que cualquier crisis circunstancial. Cuando te creen, te esperan. Cuando no te creen, ejecutan tu crédito a cualquier valor, porque prefieren menos dinero en mano que cualquier promesa de mejor pago para más adelante.

El verdadero problema es que la falta de credibilidad lastima más al futuro que al presente. Repetimos (como nuestros abuelos): «Nuestra moneda no sirve». Yo no sé si otras culturas siguen discutiendo los mismos temas durante 100 años. Yo no sé si otras culturas repiten los monólogos de Fidel Pintos, de Tato Bores, o de Les Luthiers y siempre parecen actuales, aunque hayan sido pensados hace más de 40 años.

¿Saben qué? Tenemos más exceso de pasado que visión de futuro, discutimos más de quién fue la culpa que las posibles soluciones. Les recuerdo que el «mercado» no tiene ni moral ni memoria; nosotros, sus participantes, somos los que tenemos memoria y moral (aunque moral dudosa y es por eso que nos condena nuestra memoria). Que los activos representativos de nuestro país, como los bonos e YPF, valgan un 25% de su valor habla de nosotros, de nuestra credibilidad.

Nuestra YPF vale el 10% de lo que pagamos cuando decidimos recomprarla unilateralmente, pagando incluso con bonos (Bonar 2024), que ahora estamos incumpliendo.

El metro cuadrado en una zona vale más que en otra por la confianza en materia de seguridad que inspira un barrio con respecto a otro. Si Warren Buffet compra un activo, eso inspira confianza; si un organismo público argentino compra un activo, eso despierta sospechas.

Amigos, la confianza no se compra. Se siente o no se siente.

Si se quiere controlar el dólar limitando la compra, solo se desalentará la venta y ganará el que menos escrúpulos tenga (el que opera en negro). Si se burocratiza todo el pedido de crédito formal, termina ganando el que menos escrúpulos tiene, el cuevero. Si se quiere controlar todos los precios, ganará el que menos merece ganar, el que esconde la mercadería para venderla en negro a otro valor (una vez más, gana el que menos escrúpulos tiene).

El precio es un estado de ánimo, no refleja el verdadero valor de un bien o de un servicio. Entiendo claramente la ley de oferta y demanda, pero en el fondo ambas se activan o desactivan por estados de ánimo.

Hoy un barbijo vale más que un barril de petróleo. Obvio que representa un estado de ánimo actual, por miedo, por inseguridad. Pero si tomo el costo de producción, la inversión y el riesgo que se debe asumir para obtenerlo, claramente es un precio circunstancial.

En crisis de pánico o miedo, la distorsión de precios es abismal. Ahora todos fabrican barbijos, y cuando termine la pandemia vamos a tener sobreoferta, pero nadie produce petróleo, y quién te dice que cuando la economía arranque tengamos un faltante, y otra vez las cosas valgan lo que deben valer. Gana el que compra valor a precio de crisis.

En crisis no gana el que más sabe ni el que más tiene, sino el más fuerte. Acaso, ¿cuánto vale el ultimo alcohol en gel en la última farmacia abierta? Intuitivamente uno responde: lo que pague el que más tiene; la respuesta es: se lo queda el más fuerte, porque si todos se avalanchan sobre el producto, o bien lo rompen o bien se lo queda el más fuerte. No hay valor, ahorro o conocimiento que valga.

La pandemia va a pasar. Vivimos mirando programas de tele donde nos dicen todo lo malo que nos va a ocurrir si salimos de casa, pero también todo lo malo que nos va a suceder si nos quedamos en casa y no producimos, porque no vamos a tener recursos para vivir después. O sea, si salimos nos morimos porque no hay infraestructura para atendernos; si nos quedamos luego nos vamos a morir de hambre. Lo bueno es que después, el comunicador con una sonrisa manda a la pausa para pasarnos avisos comerciales pidiendo que consumamos algo que, según ellos, no tendremos recursos para comprar, y que igual no podremos usar.

¿Saben qué? En lo personal me cansé un poco de todo esto, hasta de mí: me cansé de tratar de predecir lo impredecible. Prefiero aferrarme a la imagen de Marcos Mundstock diciendo: «Felices los que poco esperan, porque jamás serán defraudados».

Y ahora sí, llegó la parte positiva de la nota. Había una vez un señor desesperado por su suerte, que fue a consultar a un gurú, porque no encontraba la salida.

El señor le explicó con lágrimas a su gurú su desesperación: «Estoy arruinado, por la crisis económica me fui a vivir a un departamento de un ambiente con mi mujer y resulta que mi hija, también en crisis, vino a vivir con nosotros con sus dos hijos y su marido a casa. Somos 7 personas en un ambiente, y los chicos no paran de gritar todo el día. ¿Me entiende? ¡Estoy desesperado!». El gurú le dijo: «Tranquilo, amigo. Siga mis indicaciones al pie de la letra y en seis semanas resolveremos todo. Téngame confianza». El hombre acepta y firman el acuerdo de obediencia al pie de la letra. El gurú le pide que en la primer semana agregue una vaca en el departamento y que lo vuelva a ver en una semana.

A la semana el hombre volvió más abatido aún, insultando a los gritos a todo el mundo. «Con la vaca es insostenible, ocupa medio departamento y no se mueve. Ya no aguantamos más». Y le respondió el gurú: «Espere, agregue ahora un perro y en una semana hablamos».

Una semana después, ya casi pelado y desorbitado, el hombre gritó: «Esto es peor que morir. Los chicos lloran todo el día. La vaca no se mueve y el perro no para de ladrar. No puedo moverme y tengo los oídos a la miseria». Y la respuesta del gurú fue: «Bueno, última etapa, sume un chancho».

No quieran imaginar lo que insultaba el hombre a la semana por el olor del chancho. Hasta que el gurú dijo: «Bueno, esta semana saque al chancho». A la semana el hombre, ya no tan gritón, al ser consultado sobre cómo estaba, respondió: «Bueno, al menos ahora puedo respirar, sin el chancho ya no hay tanto olor». A la semana siguiente el gurú le pidió que saque al perro. Volvió el hombre ya más tranquilo y dijo estar mejor: «Al no ladrar el perro, al menos nos podemos escuchar». Y el gurú le dijo: «Bueno, última semana, saque a la vaca».

El hombre volvió una semana después con una sonrisa y diciendo: «¡Al fin! Ya estamos más cómodos. Sin la vaca tenemos espacio, ya se respira buen olor y además todo está más silencioso. Gracias por su ayuda gurú, ya estoy mejor».

Un problema es un problema si no lo estabas esperando; si lo esperabas ya está asumido y ya descontaste sus costos. No nos queda otra que buscarle la vuelta. Lo bueno es que estamos todos igual, todos retrocedimos 10 casilleros.

Amigos, esta va a pasar y nos tendremos que reinventar. Uno de los tipos que más me gusta escuchar y leer, escribe en este suplemento de economía y se llama Juan Carlos de Pablo. Lo considero mi gran profesor. Él me enseñó a leer una frase que para mí es fenomenal, de Paul Samuelson, premio Nobel de economía, que dice: «No hay peor dolor que el soportable, porque es soportable y, entonces, lo soportás y no cambiás».

Hoy, la mayoría vendemos cero y antes vendíamos seis. Cuando esto termine vamos a vender uno, que es mejor que cero, y en dos meses vamos a vender dos, que es el doble de uno, y quizás en un año vamos a vender cuatro y será la gloria y, para entonces, este presente quizá sea solo un mal recuerdo que nos hizo valorar lo que realmente importa. Ser libres y que ningún bicho, bacteria, virus, político, sindicalista, dirigente autoritario o criminal con condena que sea liberado nos condicione.

Como dijo el gran Marcos Mundstock: felices los que poco esperan, porque jamás serán defraudados. Como dice mi gran profesor: «¡Ánimo!».Por: Claudio Zuchovicki

Post coronavirus: 20 cosas que cambiarán en la oficina cuando vuelvas


Raghsa en sus edificios sumará cámaras que tomarán la temperatura corporal a distancia
Raghsa en sus edificios sumará cámaras que tomarán la temperatura corporal a distancia

Algún día las oficinas volverán a funcionar y las empresas analizan de qué forma lo harán. Se inspiran en lo que están haciendo las compañías en Wuham, la ciudad en donde comenzó el Covid-19 . Si bien no hay una fórmula algunas tendencias no se discuten. Nadie duda de la necesidad de mejorar los sistemas de ventilación, controlar la densidad de personas y la necesidad de implementar nuevos protocolos de limpieza, entre otros cambios que se desarrollarán a continuación.

El día después del coronavirus: El impacto en la forma de trabajar; por Carla Quiroga

1- La vuelta será gradual y escalonada. Nadie espera que de un día para el otro todo el plantel de una organización vuelva a la oficina. Al tener que mantener una distancia mínima, el número de personas que podrán coincidir al mismo tiempo será menor. Esto quiere decir que la empresa deberá ampliar los metros cuadrados de la oficina o en su defecto buscar alternativas de trabajo novedosas. En el mundo algunas empresas están probando la asignación de equipos por día. Otras implementaron turnos rotativos: es decir un grupo asiste a primera hora de la mañana tipo siete y otro a las tres de la tarde. Por otra parte, escalonar los horarios de llegada resulta clave para evitar que los ascensores se llenen demasiado. Está claro que la circulación vertical será más lenta y las torres corporativas con más ascensores serán más valoradas. También hay quienes estudian aplicar la fórmula que está probando Airbus que dividió los empleados de sus plantas en equipos rojos y azules, que no se ven porque usan diferentes rutas para entrar y salir de los edificios.Coronavirus hoy en la Argentina y el mundo: minuto a minuto

2- Limpiarán la oficina de día y de noche. Surgen nuevos protocolos de limpieza. Las empresas agregaron servicios de limpieza más frecuentes y visible durante el día, en lugar del servicio tradicional nocturno o de fin de semana. Además, las oficinas están adoptando principios de las instituciones hospitalarias y el personal debe limpiar desde las manijas de las puertas, los interruptores de luz, los botones de las máquinas copiadoras y los equipos audiovisuales hasta las cafeteras, por nombrar algunos. Este cambio podría incluir que las empresas sumen accesorios de cobre, un material que retiene menos gérmenes y se puede limpiar más fácil. Algunas compañías incluso podrían usar la iluminación UV para desinfectar oficinas o salas de reuniones por las noches, una práctica cada vez más común en los hospitales.

Desde las gerencias de Recursos Humanos, además, incentivan las políticas de «escritorio limpio», y les pedirán a los empleados que ordenen sus escritorios, quiten los detalles personales como portarretratos y las pilas de papeles.

3- La empresa te explicará cómo manejarte. La educación a los empleados será clave. La higiene del área de trabajo, de los objetos personales, la recepción de las visitas y la conducta en reuniones serán claves para evitar los contagios, pero también impactarán en los insumos, tareas, costos de expensas, mantenimiento y prioridades. «En todos los ámbitos deberemos ser cada vez más trasparentes con los protocolos para usuarios, visitas, personal interno y externo y cómo actuar ante cada caso. Empoderar y educar será uno de los desafíos previos al regreso», relata Domingo Speranza, CEO de Newmark Knight Frank Argentina. En este punto la señalética es fundamental. En Wuham las empresas hasta recuerdan con carteles en el baño la necesidad de bajar la tapa del inodoro. Es que un reciente estudio de Hong Kong afirma que «tirar de la cadena» puede liberar hasta 80.000 gotitas que pueden caer en superficies y permanecer en el aire durante horas.

En las filiales de las empresas en China cuentan que lo que está sucediendo es que la gente altera las normas en forma inconsciente. Por eso, por ejemplo, Ford está experimentando en sus plantas con dispositivos portátiles que suenan cuando los trabajadores alteran la distancia obligatoria. Mientras que en las oficinas de Unilever planean una política que obligue a que cada trabajador complete un informe sobre su estado de salud antes de ingresar a la oficina, para luego tomarles la temperatura y facilitarles un dispositivo para desinfectarse las manos. Luego, dentro de la oficina, el movimiento estará regulado. Los empleados deberán mantener puestas sus máscaras y se les pedirá que utilicen las escaleras en lugar del elevador. En el almuerzo, se pedirá que solo haya una persona en cada mesa.

4- Deberás firmar una declaración jurada antes de ingresar al edificio. En China, las empresas están requiriendo que el empleado lleve una copia impresa o escanear un código QR con su teléfono para demostrar que no muestran signos de enfermedad. Además, se le distribuyen máscaras e individuales de papel para evitar que tengan contacto con el escritorio.

5- Las empresas más avanzadas escanearán a los empleados antes del ingreso. Goldman Sachs está considerando agregar escáneres infrarrojos de temperatura corporal en algunas oficinas, junto con kits de prueba de virus para los empleados.

Por otra parte, PWC trabaja en una herramienta que podría ayudar a las empresas a identificar los compañeros de trabajo que tuvieron contacto con algún empleado infectado. La aplicación, que sería lanzada en mayo, utiliza señales bluetooth o wi-fi para descubrir los teléfonos de otros compañeros de trabajo con quienes trabajaron cerca. Este sistema permitirá que si algún trabajador da positivo, los gerentes autorizados pueden identificar y notificar rápidamente a cualquier compañero con el que el empleado haya entrado en contacto para ayudar a evitar un brote más amplio.

6- Los edificios incorporarán en las recepciones, cámaras que tomarán la temperatura corporal a distancia. En la Argentina, los propietarios de las torres corporativas invierten en tecnología para monitorear a quienes ingresan. En la Argentina, por ejemplo, las desarrolladoras Raghsa y Nómada sumarán cámaras termográficas infrarrojas. Se trata de un método de obtención de imágenes sin contacto que permite ver la radiación térmica de una persona no visible para el ojo humano (radiación infrarroja media) y que, además permite mantener a los operarios lejos del contacto directo. El protocolo que aplicará la desarrolladora es que ante el registro de temperatura corporal de 37,3°c o superior (de acuerdo con lo indicado por la Organización Mundial de la Salud), la persona se trasladará a un sector de aislamiento y de inmediato se procederá a avisar a la empresa responsable para que se apersone un representante de la misma en el sector. Luego de un lapso de diez minutos de «aclimatamiento» se volverá a tomar la temperatura de la persona para descartar errores en la medición inicial. Además de estas incorporaciones tecnológicas, sumaron dispensers de alcohol sanitizante en puntos estratégicos de los edificios, tabiques de acrílico en recepciones para asegurar la distancia, cartelería de concientización sobre instrucciones de cuidado y prevención e indicaciones en piso para mantener la distancia entre personas tanto en el hall principal como en los ascensores.

– Se sugiere limitar la capacidad en los ascensores. Además de diseñar nuevos circuitos de circulación y de la colocación de demarcaciones y señales visuales en el piso, Marcos Villanueva, CEO de Waves, la empresa que tiene a su cargo el gerenciamiento, la administración y la operación de varios activos inmobiliarios corporativos AAA, sugiere un máximo de dos personas por viaje de ascensor para respetar distancias de un metro y medio, y de una persona para el caso de ascensores de cabotaje. «También sugerimos no utilizar los ascensores para circulación inter-company de 9 a 10:30, de 12:30 a 13:30, y de 17:30 a 18:30, que son los horarios de mayor tránsito vertical dentro de los edificios», comenta el especialista. Aclara que de acuerdo a los nuevos protocolos en el que trabajó junto con su equipo, «todas las personas que circulen por áreas comunes de los edificios, deberán contar en todo momento con tapabocas, las recepciones contarán con una demarcación para que las personas que ingresan, se encuentren separados un metro y medio hacia el front desk de atención al público». La regulación del ingreso de contratistas y proveedores de servicios, gestión del correo y la paquetería también será fundamental, afirma Villanueva.

Las empresas dueñas de las torres corporativas agregan que se continúa con estrictos procedimientos de limpieza, desinfectando cada tres horas todas las superficies de alto tránsito y contacto con limpiadores hospitalarios. Para trabajar en el tema Andrés Neumann, CEO de Nómada comenta que se conformó un comité de crisis con todas las empresas ocupantes para definir los pasos a seguir, incluyendo la implementación de un protocolo para el edificio y un manual de recomendaciones de buenas prácticas para los inquilinos. A futuro, no se descarta que el ingreso a los edificios sea a través de códigos QR o de sistemas de detección facial. Es decir, el visitante podrá realizar su registro por mail y una vez habilitado, el código QR le permitirá el acceso. Un sistema muy utilizado en las torres neoyorkinas.

El reto de los espacios de trabajo post-cuarentena, entonces, será emular y mejorar la seguridad física de la casa propia, donde cada individuo puede tener un mayor control sobre determinadas variables
El reto de los espacios de trabajo post-cuarentena, entonces, será emular y mejorar la seguridad física de la casa propia, donde cada individuo puede tener un mayor control sobre determinadas variables

8- Se rediseñarán los pisos. Las organizaciones comienzan a redistribuir muebles y quitar otros para ayudar a que los empleados puedan mantener el distanciamiento social. Además quitan las puertas de las bisagras o las dejan abiertas para que los empleados puedan evitar tocar las manijas. «El reto de los espacios de trabajo post-cuarentena, entonces, será emular y mejorar la seguridad física de la casa propia, donde cada individuo puede tener un mayor control sobre determinadas variables», explica Víctor Feingold, presidente de Contract Workplaces.

Por otra parte, en los escritorios enfrentados instalan tabiques de acrílico y las que pueden rearman los espacios para que la gente trabaje de espalda. A largo plazo, los efectos de la pandemia podría afectar los diseños de las oficinas con entradas a los baños sin puertas, como las de los aeropuertos.

9- Se implementarán sistemas de circulación para evitar que los empleados se crucen. Cushman & Wakefield desarrolló el concepto denominado «Oficina de los Seis Pies», que ya aplicó en su sede de Amsterdam. Propone que en todo momento se mantenga la distancia social segura -seis pies, es decir, poco más de metro y medio- entre las personas que asisten a su lugar de trabajo. Escritorios espaciados y señales visuales son algunas de las ayudas para mantener esta distancia sugerida. También impulsa la colocación de flechas en el suelo para ordenar los flujos de movimientos, la articulación de mayor espacio entre empleados, la colocación de pantallas protectoras y hasta la delimitación con un círculo pintado en el suelo del espacio de cada trabajador el cual no puede ser «invadido» por otros. El trabajo fue elaborado a partir de la experiencia en China y se basa en información de la Organización Mundial de la Salud conjuntamente con el asesoramiento de especialistas médicos. Entre las medidas destacan la instalación de mamparas entre los puestos de trabajo y la colocación de señales visuales verticales y horizontales (en el suelo) para organizar el tránsito de los empleados en los diferentes espacios – un estilo propio de la arquitectura de los hospitales-. Así, buscan evitar el cruce de personas, por ejemplo en los pasillos. Por eso se diseñó un flujo de las circulaciones dentro de la oficina, para que siempre sean en una única dirección -en sentido de las agujas del reloj- que inclusive se utiliza dentro de las salas de reuniones. Cushman también está instalando transmisores para rastrear el movimiento de los empleados a través de teléfonos celulares, en parte para medir si el diseño cumple con el objetivo de mantener a las personas a seis pies de distancia y posiblemente alertarlas con un sonido si están demasiado ajustadas.

10- Las oficinas mejorarán sus sistemas de ventilación . Las organizaciones revisarán sus aires acondicionados, implementarán cambios y limpieza de filtros y optarán por materiales y texturas dentro del espacio de trabajo que faciliten la higiene y el cuidado antibacterial. En algunos casos incluso están sumando luces UV para desinfectar más profundamente la oficina por la noche. «La gente está en un promedio de ocho horas en la oficina, en una época en Estados Unidos a los edificios de oficinas se los nombraba como ‘los edificios de enfermos’ porque eran edificios donde la gente se contagiaba por estar encerrados», comenta Moisés Altman, dueño de Altman Construcciones. Altman explica que en uno de sus proyectos el sistema del aire acondicionado toma el aire a más de 50 metros de altura de la construcción, para poder tomar lo más puro posible, se filtra y se complementa con un extractor que saca el aire del ambiente y lo va purificando. Cada oficina cuenta con un sensor de dióxido de carbono y a medida que el aire se va enrareciendo lo extrae e inyecta aire puro».

11- Se implementarán salas de presión negativa. Actualmente se usan en instalaciones médicas o en las salas de fumadores de los aeropuertos, pero podrían aplicarse en los espacios de conferencias ya que ayudan a contener gérmenes y luego se pueden limpiar con luz ultravioleta.

12- Los accesos se manejarán por voz . El objetivo es evitar el contacto táctil. Por eso la tecnología por voz podría convertirse en una nueva interfaz y eliminar la necesidad de presionar físicamente un botón para llamar a un ascensor o abrir un acceso. «También por su parte los sistemas de control de accesos basados en reconocimiento facial nos permiten evitar el contacto de los usuarios con los molinetes y pasarelas de control de acceso y ya no es necesario el uso de las tradicionales tarjetas», comenta Villanueva.

13- Cambiará la forma en la que trabajaba s. El teletrabajo se impone, pero con reparos. Su efectividad no es lineal ni unánime: depende de la empresa, los líderes de cada equipo de trabajo, la persona y cómo está constituida la familia del empleado, además de las comodidades edilicias de su hogar. De hecho, un estudio reciente de PWC mostró que la mitad de las empresas espera una caída en la productividad durante la pandemia debido a la falta de capacidades de trabajo remoto.

Por otra parte, el home office abre una serie de interrogantes y ya se habla de una «uberización» del trabajo. ¿Las empresas acaso se harán cargo del incremento en los gastos en luz y supermercado que implicó trabajar desde casa? ¿O la organización será responsable de que, por ejemplo, el empleado disponga de una silla ergonométrica y un espacio dentro del hogar destinado al trabajo?.

Cada vez serán menos las reuniones presenciales
Cada vez serán menos las reuniones presenciales

14- Habrá menos reuniones presenciales . Las compañías están reacondicionando sus salas de conferencias y las que tenían capacidad para ocho personas ahora albergan un máximo de cuatro. Además se las está reacondicionándolas desde lo acústico. Por eso los diseñadores comienzan a sumar materiales como alfombras, baldosas acústicas o cortinas, muy usadas en los espacios de eventos de los hoteles. En Arnold Contract, una compañía que fabrica muebles de oficina en New Jersey explican que, entre los cambios, las mesas de conferencias no solo incluirán enchufes eléctricos, sino que también tendrán micrófonos incorporados.

Desde las dinámicas también habrá cambios y se desincentivarán los encuentros grupales. Sin ir más lejos, el CEO de Facebook , Mark Zuckerberg, canceló todos las reuniones de 50 o más personas hasta junio de 2021.

15- La gente dejará de compartir teclados, teléfonos o mouses . Son elementos que pueden transformarse en agentes de contagio al entrar en contacto con ellos si no son higienizados correctamente.

El escenario post coronavirus plantea la necesidad de mayor espacio por persona, nadie espera que desaparezcan las plantas abiertas
El escenario post coronavirus plantea la necesidad de mayor espacio por persona, nadie espera que desaparezcan las plantas abiertas

16- No se volverá a las oficinas cerradas. Como parte del cambio, en los últimos 20 años, muchas compañías redujeron los costos al reducir el tamaño: en espacio, destinan hasta 25% menos por empleado, según datos del estudio de arquitectura Gensler. El mismo estudio releva que la oficina clásica de hace diez años exigía un cubículo medio de 2,4 por 2,4 m2. Y si bien el escenario post coronavirus plantea la necesidad de mayor espacio por persona, nadie espera que desaparezcan las plantas abiertas. «La situación impone reinventar la dinámica del espacio sin asignar, explica Speranza y agrega que ya no compartirá de cualquier modo escritorios.

17- Adiós a la práctica hotdesking . Se llama así a la modalidad que establece que los trabajadores no tienen escritorios asignados, sino que entran y buscan un lugar para sentarse. Una tendencia que caerá en desuso -por lo menos hasta que el temor al contagio desaparezca- porque la experiencia de la pandemia podría motivar a que la gente «no se mueva tanto».

Por otra parte, las empresas también trabajan en rediseñar sus espacios comunes para lograr que nadie tenga que compartir puestos de trabajo, computadoras, ni teléfonos. «El hotdesking es una modalidad que no solo estaba cambiando la densidad y el impacto económico de los costos de ocupación, sino también la del trabajo, pasando al modelo colaborativo, donde los puestos no son fijos y sí reducidos y multiusuarios», analiza Speranza. Y agrega que seguramente las organizaciones asignarán puestos por día, con previa desinfección, al igual que la asignación de días de trabajo remoto y presencial. En China, la desarrolladora Vanke diseñó junto a Gensler una herramienta llamada ReRun para ayudar a los empleadores a elegir sus espacios con anticipación.

En este contexto, los diseñadores ya piensan políticas de escritorio limpio, con elementos no esenciales almacenados en gabinetes y cajones en lugar de arriba del escritorio.

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El teletrabajo se impone pero con reparos. Su efectividad no es lineal ni unánime
El teletrabajo se impone pero con reparos. Su efectividad no es lineal ni unánime Fuente: AP

18- Los lugares comunes como las cafeterías y salas de esparcimiento podrían caer en desuso. La paradoja que generó el avance del coronavirus es que, de un día por el otro, el esfuerzo que realizaron las empresas en generar espacios más cómodos que incentiven la conexión, interactividad y la creatividad se pusieran en tela de juicio. Hoy, el objetivo principal es evitar el contacto cercano. De hecho, algunas compañías están cerrando estos espacios e instalan máquinas expendedoras en su reemplazo. Dongfeng, la empresa de fabricación de automóviles con sede en Wuham, está entregando a sus empleados viandas siempre que coman al menos a 1,5 metros de distancia entre sí. Los gimnasios, las cabinas de telefonía, las microsalas de reuniones son otros espacios que deberán repensarse.

19- A futuro, se impondrá la oficina policéntrica. Se trata de un nuevo estándar que establece que los empleados pueden trabajar desde casa, en la empresa, en un coworking, una cafetería o en una oficina satélite. Feingold explica que se trata de una modalidad que traerá múltiples ventajas: menor cantidad de desplazamientos de personas, menor huella de carbono, mayor bienestar, mejor balance entre la vida personal y eltrabajo y menores costos para las empresas y los empleados, junto con equipos más ágiles y productivos.

20- Las empresas buscarán motivarte. Este es uno de los principales retos. La incertidumbre que generó la pandemia afectó el estado de ánimo de la gente. Por eso muchas compañías, durante el aislamiento, contrataron cursos virtuales de meditación o yoga para mantener el entusiasmo de sus colaboradores. Tal vez el más creativo fue Li Shufu, empresario chino y presidente Volvo Cars, quien escribió una canción para mantener a los trabajadores motivados a través de tanta tristeza. Esperemos que el talento musical de Li Shufu haya estado a la altura de estos tiempos y del gusto de sus trabajadores.Por: Carla Quiroga

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