Recuperando el tren y los cruceros para Mar del Plata


En sólo 2 años, la ciudad realizó un avance histórico al mejorar la infraestructura de transporte a través de las obras en la estación Ferroautomotora, como en la escollera Norte, sede de la terminal de cruceros.

por Alejandro Aníbal García (*)

La recuperación de espacios públicos que estaban desaprovechados para integrarlos al sistema productivo y turístico de la ciudad, representa un principio existencial para ciudades como Mar del Plata.

Sin embargo, es importante resaltar que ni el tren ni los cruceros, son actores nuevos en la ciudad. A lo largo de la historia podemos ver varios ejemplos de como estuvieron íntimamente ligados. Diversos acontecimientos económicos como políticos, hicieron que diéramos la espalda a estos en las últimas décadas.

El tren y los cruceros, golpean nuevamente la puerta de la ciudad para volver a entrar a Mar del Plata.

El puerto y los cruceros

El 11 de octubre de 1909, el Congreso Nacional sanciona la ley Nº 6.499, autorizando la contratación para construir el «Puerto de Ultramar de Mar del Plata». Se presentaron 8 empresas, resultando ganadora la firma francesa a cargo de Allard, Dolfus, Sillard y Wiriot. Estos últimos, pasarían a la historia en Mar del Plata, por dar origen con sus siglas al histórico club de fútbol local, Aldosivi.

El 7 de enero de 1911 se firma el contrato de construcción del puerto por un monto de $11.380.288 moneda oro nacional, inaugurando las primeras obras el 24 de febrero de 1913. Recién en 1917 se construyo la Dársena de Pescadores, logrando la habilitación oficial por parte del Gobierno nacional en 1919.

El 11 de enero de 1922, en 290 metros del muelle de cabotaje para pasajeros de ultramar, se inauguró el servicio de vapores entre Montevideo y Buenos Aires con Mar del Plata, a través del ingreso del vapor «Ciudad de Buenos Aires». La inauguración oficial del muelle N° 1 de cabotaje con 300 mts. se realizó finalmente el 9 de octubre de 1922. El 2 de marzo de 1937 sucedería otro hecho histórico, el trasatlántico alemán «Columbus», con 600 turistas a bordo fondearía en el puerto. El peso del mismo era de 32.344 toneladas, y tenía 236 metros de eslora con 25 de manga.

A partir de 1950, con el auge económico de la explotación comercial de la anchoíta, y luego de la merluza y el calamar; el puerto se fue concentrando exclusivamente hacia la actividad pesquera, constituyéndose en lo que es hoy: el principal puerto pesquero del país.

En el último año, se ha avanzado hacia la recuperación del puerto como centro de turismo internacional a través de los cruceros. El 24 de junio de 2011, se realizo la apertura de sobres del llamado a licitación para la primera terminal de cruceros de Mar del Plata. El monto de las obras a adjudicar es de 13.304.800 pesos, cifra similar a la invertida inicialmente en la construcción del puerto.

El director del Consorcio Publico Escollera Norte, y presidente del puerto local, Eduardo Tomás Pezzati, destaca la recuperación y puesta en valor de los más de 90 mil metros cuadrados de espacio publico para ponerlo al servicio de la economía local.

«Además de la licitación de la terminal, ya se realizó la apertura de sobres de las licitaciones para la construcción del empalme de la red de agua potable y cloacas en la escollera Norte por un monto de 3.225.087 pesos; y el arreglo de los muelles de atraque y construcción del canal de servicios, por 2.105.400 pesos. En total se adjudicarán inicialmente obras por 18.635.287 pesos. De este modo la provincia de Buenos Aires y Mar del Plata van a contar con modernas instalaciones, que serán las primeras de su tipo en toda la provincia», concluye Pezzati.

El regreso del ferrocarril

Hacia fines de 1800, Mar del Plata se estaba consolidando como la ciudad balnearia de las familias adineradas de Buenos Aires. Las mismas comenzaron a construir suntuosas residencias a las que se trasladaban, junto a sus familias y una abultada cantidad de personal de servicio, cada año.

La compañía de origen británico «Gran Ferrocarril al Sud de Buenos Aires» inició sus obras en el año 1864, partiendo de la estación Constitución. Veinte años después había logrado conectar ciudades como Chascomús, Dolores y Azul, entre otras. Sin embargo, el transporte hacia la ciudad turística argentina aún representaba un desafío. El ramal existente llegaba hasta la estación en Maipú, debiendo completar el resto del trayecto en un dificultoso viaje en carreta a través de un precario camino. Atento a solucionar este problema y apostando al futuro del turismo y la ciudad, el entonces gobernador de la provincia de Buenos Aires, Dardo Rocha, decidió gestionar la llegada del tren. El primer tren finalmente arribó a Mar del Plata un 26 de setiembre de 1886, hace 125 años.

Recién hace pocos años, la Secretaria de Transporte de la Nación decidió revertir el proceso de desinversión del sector a través de un importante esfuerzo financiero y operativo materializado en el Plan Nacional de Recuperación Ferroviaria. El mismo contempla una serie de inversiones para recuperar vías férreas, como así también, incorporar y poner en óptimas condiciones el material rodante y diversas estaciones; entre las que se encuentra la estación Ferroautomotora Mar del Plata.

En las próximas semanas, estará llegando a la ciudad la formación de trenes Talgo que conectaran a Plaza Constitución con Mar del Plata. De esta manera se recuperara un servicio turístico de pasajeros de calidad, como existía en los orígenes de la ciudad.

El recorrido tendrá una duración de alrededor 5 horas y media, con un costo promedio que estiman rondara los $150, pudiendo llegar a los $300 de acuerdo a las comodidades. En la actualidad el costo del servicio vigente arranca en $60 llegando a $100. Cabe resaltar que en micro, el valor promedio ronda entre los $140 y $180. Los Talgo vienen equipados con tecnología y confort: aire acondicionado, TV con plasmas y servicios de catering de nivel.

Las formaciones fueron adquiridas por Argentina a España. La principal característica del tren Talgo, es el innovador diseño basado en coches cortos y más bajos que los tradicionales; lo que le permite alcanzar mayores niveles de seguridad y velocidad. A diferencia de los trenes comunes, los ejes del Talgo están situados entre los vagones. El origen de la sigla Talgo esta relacionado con sus creadores: Tren Articulado Ligero Goicoechea Oriol. Alejandro Goicoechea fue su diseñador mientras que, José Luis Oriol Urigüen, fue quien financió su fabricación.

En la gloria del pasado de Mar del Plata, está la llave de su porvenir futuro. Hay que abrir de nuevo la tranquera al mar y al tren, permitiendo de este modo el arribo de más turistas nacionales y extranjeros.

(*): Licenciado en Economía (Ucema).

Fuente: diario la capital

Subir ↑