- PorMiguel Pato Director Regional Ernst & Young Real Estate Group LatAm
Latinoamérica desperdició la oportunidad de aprender de los errores ajenos y se encamina a pagar con sus propios huesos las consecuencias de un mercado con especuladores financieros disfrazados de inmobiliarios . Mientras empresas y analistas niegan la existencia de una burbuja con argumentos que de tanto repetirlos casi parecen válidos, las acciones de los 5 desarrolladores más grandes de Brasil (Cyrela, Gafisa, PDG Realty, Rossi y MRV), valen hoy entre 50 y 75% menos que la mejor cotización obtenida en los últimos tres años.
En Perú el dinero llegó de golpe y complicó las cosas, ya que al no estar preparados para convertir eficientemente esos recursos en viviendas, la especulación ganó y los precios de los terrenos crecieron hasta anular los beneficios de la abundancia de inversores y disponibilidad de crédito.
En la Argentina también las cosas están distorsionadas y hoy es más barato comprar un departamento a estrenar en alguno de los Palermos, que construir uno igual en el terreno de al lado. Pero como de eso no se habla, el mercado festeja que Almagro está más caro que Miami y no se pregunta si es sustentable un sector con más inversores que compradores finales .
fuente: Ieco.clarin.com
Distorsiones de un mercado con interrogantes
Por Adriana B. Anzillotti
De la Redacción de La Nacion
Uno de esos encuentros donde se reúnen los protagonistas que trabajan a diario en las distintas disciplinas del sector inmobiliario resultan indispensables para tomarse un tiempo, dejar el celular en silencio o la notebook para pensar en algunos de los temas que tanto preocupan hoy.
En el que organizó el jueves Miguel Pato, de Ernst & Young, con alta convocatoria se pusieron en el tapete aspectos de los que se habla a diario entre colegas o amigos, y que afectan al mercado inmobiliario y la construcción.
Los oradores se explayaron con claridad y precisión, más allá de las coincidencias o los disensos sobre la ecuación de los costos de un proyecto inmobiliario, el alza de los precios, el impacto de la inflación en la construcción, la importancia de analizar con prudencia y certeza las números antes de tomar decisiones así como la eficiencia de los edificios que se diseñan y construyen… ¿para quiénes? ¿Para los inversores, para los usuarios? Y a propósito de inversores, otro planteo: la falta de financiación genuina dio lugar hace años a utilizar como una herramienta muy útil los fideicomisos, pero su aplicación, ¿es siempre acertada como negocio?
Dilemas que serán muy interesantes debatir o reflexionar en grupo y que atañen en particular a quienes tienen la enorme responsabilidad de tomar decisiones. Uno de los temas centrales de este encuentro también ha sido el de los edificios eficientes, sean residenciales o de oficinas. ¿Por qué se construyen propiedades de categoría, donde se derrochan espacios comunes y escasean los propios? ¿No sería mejor contar con más metros cuadrados en el departamento donde se vive todos los días, en lugar de una pileta inmensa, rodeada de parque?
Y si los costos suben sin parar y es necesario achicar los presupuestos porque los números no rinden, ¿no sería mejor destinar el dinero a un edificio estándar, con calidad razonable para una familia, en lugar de uno pretencioso, con amenities diminutos, que sólo sirven como argumento de marketing y que pesan en las gastos mensuales?
Tiempo de análisis que permita encauzar el mercado considerando el largo plazo. La industria de la construcción es dinámica y muchos de los actores de este importante sector de la economía tienen en claro las tendencias actuales y no olvidan aspectos esenciales como la eficiencia, el uso racional de la energía, la distribución justa de los espacios, la búsqueda del confort, con valores razonables.
Un anhelo: ojalá se modifiquen las distorsiones del mercado de hoy en favor de todos.
fuente: Lanacion.com